Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Ahuyentar las incertidumbres

Hosteleros
Una protesta en enero de la hostelería altoaragonesa
D.A.

UN INDISIMULADO supremacismo intelectual se ha apoderado de multitud de opiniones que minusvaloran el papel de la hostelería y el turismo en España y en Aragón considerando un demérito la relevancia de estos sectores en el Producto Interior Bruto del país. Además de un componente de injusticia descarada hacia una actividad que ha visto mermada su fuerza laboral de 1,7 millones de trabajadores (sólo en el caso hostelero) del principio de la pandemia, constituye una ceguera y una renuncia hacia una de las fortalezas de este país. Si alguien se avergüenza de que los españoles somos buenos en dos facetas trascendentales de la vida y de la economía, cuidar y servir, debe apearse o al menos abstenerse de dar lecciones de autoridad.

La hostelería y el turismo fueron sectores punteros en responsabilidad ya antes de la entrada del estado de alarma a mediados de marzo del pasado año. Cerraron sus puertas por prevención, más por proteger a sus clientes y trabajadores que por los decretos gubernamentales, porque esta actitud es imperativo legal y aquella demanda de reflexividad y compromiso. No se comprende que el presidente del Gobierno induzca a las comunidades autónomas a aplicar restricciones horarias en la hostelería, sin una sola estadística que explique la razón de una determinación tan grave y tan perjudicial para cientos de miles de familias en este país.

Un sector ejemplar ha de tener, como mínimo, la correspondencia del reconocimiento desde la ciudadanía y sobre todo desde las administraciones públicas, que ojalá se hubieran conducido con el mismo sentido común que los empresarios y los empleados de la hostelería y el turismo. Es hora de dejarles trabajar en paz y responsabilidad.