Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Periferias, Fronteras y centralidad

festival Periferias
Gustavo Giménez y Marwan Nasser con Laura Bailón
Rafael Gobantes

PERIFERIAS nació hace 22 años haciendo honor a su provocativa y audaz denominación, y la prueba más palmaria de su exitosa trayectoria es que está en la paradoja de la centralidad de la oferta cultural aragonesa, hasta el punto de que es reconocido como el principal acontecimiento de nuestra comunidad autónoma por el Observatorio de la Cultura. En estos tiempos periféricos de la pandemia, la edición está dedicada a las Fronteras, con otras connotaciones polisémicas en el concepto: la real pretendida por Luis Lles de incidir en el significado de los límites territoriales y sus correspondientes consecuencias en la creación, el pensamiento y la belleza; y la propia linde entre la fértil etapa de su artífice y director y la era que proseguirá por su tránsito a la jubilación después de más de dos décadas de consolidación.

La transgresión es consustancial a Periferias, tanto que a su vez constituye una fantástica oportunidad para quebrar las rígidas pretensiones de las grandes ciudades y de las administraciones más acaudaladas de otros predios de establecer una correlación entre presupuesto y calidad. En el caso del evento oscense, la necesidad se ha convertido en una virtud sin renuncias, porque ha sido capaz no sólo de programar con eficacia y atractivo para los amantes de las disciplinas más diversas y contemporáneas, sino que además se ha erigido en un atractivo diferencial de nuestra ciudad durante unos días en los que los escenarios rezuman vanguardia y excelencia.

Periferias es, definitivamente, una invitación-incitación para los seguidores de sus insospechadas temáticas y para quienes exploran nuevos senderos a través de la curiosidad. Una exhibición sin fronteras de la capacidad del ser humano de admirar, cuestionar y consolidar sus propios valores artísticos.