Opinión
Por
  • Javier García Antón

Cazar el futuro

Huesca Ciudad Creativa en Gastronomía
Huesca, candidata a Ciudad Creativa en Gastronomía
D.A.

MIGUEL DELIBES, en su afición irrenunciable de un placer de ida y vuelta, valoraba el dinamismo de la caza, con madrugones inclementes, ásperas caminatas, comidas frías en un entorno inhóspito, lluvias y escarchas despiadadas. Al cazador, concluía el genial literato, le compensa ante tanta exigencia “una pieza en perspectiva” que le eleva hasta una remoción psíquica. Ahí, la afición se erige en pasión.

Al ser humano de hoy, la comodidad le ha privado de la pulsión primitiva de la caza, y ve pasar delante de sus narices las piezas sin percatarse de la oportunidad. Una metáfora desde la que entender que esta ciudad, la de Huesca, necesita reactivar los sentidos porque, en el monte de la vida y con depredadores donde menos se les espera, el premio requiere observación, audacia, destreza. El destino está ahí fuera, pero no hace visitas hasta el sofá.

Nuestra pequeña comunidad necesita muchos ojos dispuestos a avizorar lo que vuela en el entorno y los trofeos que, en la acechanza, podemos conquistar. Eso sí, siempre que en la batida haya ambición y diversidad. Si los jefes de la partida no atienden las indicaciones de los rastreadores, el maná se quedará en famélicos animales que apenas se tienen en pie.

Me fascina el proyecto de Ciudad Creativa en Gastronomía de la Unesco, como aquel de Capital Española de la Gastronomía en que los topos derribaron las opciones de éxito. Y estoy convencido de que las alternativas que la Plataforma Huesca Suena a las instituciones son una buena vereda para muscular la sociedad civil y, con ella, este territorio. Ya luego, como en la vida, hay que elegir. Dormir o madrugar. Cazar el futuro o apacentar.