Opinión
Por
  • Julia Navarro

Responsabilidad

Carolina Darias, ministra de Sanidad
Carolina Darias, ministra de Sanidad
Agencia EFE

El Ministerio de Sanidad ha decidido que todas aquellas personas que recibieron una primera dosis de la vacuna Astrazeneca, si quieren recibir la segunda, firmen un documento dando su consentimiento. La alternativa es que la segunda dosis sea de otra vacuna, al parecer la Pfizer. Todo esto sucede porque algunas de las personas vacunadas con Astrazeneca han sufrido episodios trombóticos e incluso ha habido fallecimientos. Al parecer estos efectos indeseados se han dado sobre todo en personas jóvenes, menores de cincuenta y cinco años, lo que ha llevado a las autoridades sanitarias a decidir que esta vacuna se ponga a los de más edad y que los que ya han recibido esa dosis de Astrazeneca puedan recibir la segunda dosis de una vacuna distinta, en este caso la Pfizer. Según nuestras autoridades, recibir otra dosis de una vacuna distinta no supone un riesgo para la salud y avalan esta tesis en un ensayo clínico en el que han participado poco más de seiscientos voluntarios. No dudo que sea así, pero entonces ¿a qué exigir una autorización firmada a quienes decidan que la segunda dosis de su vacuna sea la misma que la primera, es decir, Astrazeneca?

Me temo que el Ministerio de Sanidad y el Gobierno de la nación están haciendo una dejación de su responsabilidad. Normalmente los ciudadanos no tenemos conocimientos científicos ni médicos para decidir que vacuna nos puede sentar mejor. Se supone que son las autoridades sanitarias las que disponen de la información necesaria para determinar qué vacuna se debe de poner a la población en función de las características de cada uno. Se nos ha repetido hasta la saciedad que no podemos elegir vacuna, que todas son igualmente seguras, y que es el Ministerio de Sanidad el que determina que vacuna debemos de recibir, por tanto no se comprende que de repente trasladen a una buena parte de los ciudadanos la responsabilidad de elegir para la segunda dosis una vacuna distinta a la de Astrazeneca, eso sí, previo documento firmado asumiendo la decisión. O sea que el Ministerio de Sanidad se lava las manos, hace una dejación de su responsabilidad, y por tanto si un ciudadano decide que la segunda dosis de vacuna sea como la primera de Astrazeneca pero luego le da una trombosis o se muere, suya será la culpa.

Cuesta entender tamaño desatino y tanta irresponsabilidad. Es el Ministerio de Sanidad y sus técnicos los que tienen que adoptar las decisiones encaminadas a proteger la salud de los ciudadanos y no hacer trampa pidiendo a los ciudadanos un documento firmado si deciden que su segunda dosis sea como la primera, en este caso Astrazeneca. Sabemos que el Ministerio de Sanidad apenas tiene competencias pero me temo que aunque le queden pocas, sus actuales dirigentes son unos auténticos irresponsables o incompetentes, elijan el término que prefieran. Ya puestos a elegir....