Opinión
Por
  • José Sanmartín Sopena

Montañeses y montañeros

Valle de Benasque
Valle de Benasque
D.A.

Montañeses somos quienes vivimos habitualmente en los pueblos de montaña. En la Alta Ribagorza estos pueblos y aldeas suelen estar siempre a más de 1.000 y algunos a más de 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Nuestra juventud (años 1950/60) era muy dura. Empezábamos a trabajar a los 8/10 año de edad, siempre como “chulet”, palabra benasquesa que significa vaquerillo o pastorcillo (no se puede traducir al castellano por chulo, como algunos hacen).

A esa temprana edad, empezaba ya a forjarse el carácter del montañés:

a) Muchas horas de soledad, que le llevaban a ser serio y reservado.

b) Inclemencias del tiempo (frío, viento, lluvia, granizo, piedra) le hacían resistente.

c) Tiempo para pensar, y para aprender, en esa Escuela de la Vida que nos tocó vivir.

Los tiempos han cambiado mucho para el montañés y ha sido para bien. El turismo lo ha transformado todo. Lo que antes eran cuadras y pajares, son ahora restaurantes y habitaciones. Su carácter ya no es el mismo de antaño.

El montañés recorre las montañas cuando va con animales, caza, coge setas, etcétera, no suele hacerlo por el mero hecho de subir a un pico. Hay excepciones: al menos hubo un benasqués que subió más de 500 veces al Aneto, el León del Aneto le llamaron, yo no tengo permiso de su familia para dar el nombre, pero su récord ahí está.

El montañés camina siempre con un palo (que le sirve para muchas cosas).

Los montañeros son otra cosa muy distinta. Son personas, amantes de la montaña, que suben a ellas por placer. Es indudable que algunos de ellos están preparados y tienen experiencia para poder hacerlo.

Por desgracia, hay personas que se creen montañeros y no tienen de ello ni la “m”. Van a subir montañas mal calzados, mal equipados y sin experiencia. Cuando aparece el mal tiempo (viento, tormentas, niebla, etc.) se desorientan fácilmente y pueden incluso caminar en el sentido equivocado o lo que es peor: refugiarse en barrancos cuando hay tormenta, enriscarse o despeñarse.

Los equipos de rescate tienen que trabajar a destajo y poner en peligro su vida.

Hace unos días, en la TV, un “montañero” imprudente, se ufanaba de que le habían rescatado ya tres veces. Si hubiese tenido que pagar los gastos de rescate y una buena multa, no hubiese repetido tantas veces.

Deberían aplicarse medidas de prevención en forma inmediata. Obligar a todos a subir a las montañas bien equipados, en pequeños grupos y dirigidos por un Guía de Montaña. ¿No tenemos en Benasque una Escuela de Guías de Montaña?. Hay que ponerlos a todos a trabajar y se evitarían muchos accidentes.

No puedo acabar sin hacer una pregunta a quien corresponda ¿Por qué no se imparten en el CES de Benasque las enseñanzas teóricas de estos cursos?. Hay varios sitios donde sería posible hacerlo. No es lógico que sea lejos de Benasque.

Montañeses y montañeros son cosas distintas pero, cuando coinciden en la montaña, se llevan bien. Todos son conscientes de lo insignificantes que somos las personas, si nos comparamos con la inmensidad de las montañas.

Profesor de IES jubilado. Benasque