Opinión
Por
  • Javier García Antón

El arte difícil de penetrar

Antonio López, pintor y escultor
Antonio López, pintor y escultor
EP

ANTONIO LÓPEZ, pintor cuya riqueza conceptual se expresa más en los cuadros que en el verbo (Alberto Carrera Blecua me dedicó una obra con la leyenda “El pintor se traiciona en la palabra”), acaba de sentenciar que hoy se crea un arte maravilloso pero complejo para su penetración en el grueso de la audiencia. “Es muy difícil”.

También en el arte existe un capitalismo y una profunda desigualdad. El valor económico que adquieren las obras se acompasa con el desinterés del común de los mortales, y así las grandes piezas caminan exclusivamente hacia las manos de los pudientes. Su poder adquisitivo y un cierto postureo compensan la segura ignorancia sobre la profundidad de un cuadro y la indiferencia generalizada porque, desafortunadamente, la educación artística en particular y cultural en general empobrece nuestra visión.

Bien es cierto que el oportunismo de pretenciosos "genios" hace lo suyo, vendiendo como memorables (y valiosas) obras de heces humanas o de animal, letrinas e instalaciones ordinarias (en la doble acepción). Esta semana, el italiano Salvatore Garau ha hecho caja de 15.000 euros por “Lo sono”, una “escultura inmaterial”, esto es, inexistente en la que pretendidamente el contenido es la energía. En ciernes su venta de “Afrodita llora”, con el cincel de la sugestión imaginativa. Alucinando.

Es más que probable que todos estos excesos dificulten la conexión con el arte y provoquen una tentación refractaria hacia las vanguardias junto a una mirada nostálgica a los clásicos. Y, sin embargo, conozco maravillosos artistas en mi entorno que engendran tanta belleza que, como en cierta ocasión me dijo Tàpies, convierten en superflua toda interpretación. Sólo gozar, como una sinfonía. Fácil y penetrante.