Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

La Evau, nervios y asimetrías

EVAU
Inicio de la Evau ayer en Huesca.
Marta Sistac

LA EVALUACIÓN para el Acceso a la Universidad (Evau), tradicionalmente denominada Selectividad, llenó las aulas para más de mil estudiantes altoaragoneses que buscaban esa nota precisa para intentar dar rienda suelta a las vocaciones sobre las que labrar su futuro. Esta desasosegante exigencia para entrar en el grado superior de la enseñanza se desarrolla estos días en España en medio de una asimetría sorprendente, con comunidades que aceptan a alumnos con suspensos en el bachillerato y otras, como Aragón, inflexibles en la demanda de aprobado de todas las materias. Pero, además, se enmarca en una nueva ley educativa -y van...- sin consenso, sin un análisis estricto de las necesidades y con las rigideces propias de un sistema que obviamente no camina por los derroteros de la excelencia que demanda la sociedad del futuro.

La experiencia no ha de ser un condicionante insuperable pero sí un buen profesor para la toma de las mejores decisiones, al menos para emplearse con rigor pero con flexibilidad. A lo largo de la historia, han sido legión los grandes personajes despreciados por el sistema, algunos muy significativos como Leonardo, Einstein, Picasso, Edison o más recientemente Hawkins, Gates o Margerite Yourcenar, que posteriormente han suscitado una admiración profunda en todo el planeta. Los sistemas educativos, imprescindiblemente, habrán de evolucionar para evitar todas las fugas del talento que ha de transformar el mundo para generar comunidades más ricas, más emprendedoras, más igualitarias en oportunidades y que pongan el conocimiento en el centro de todo el desarrollo. Quienes ayer se sentaron, temblando como flanes, han de ser los protagonistas de esos tiempos nuevos con profesiones ignotas para una evolución hacia un progreso eficiente.