Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Contra la supresión del Ereim de Panticosa

Agentes del Greim de Boltaña rescatan a tres personas en dos intervenciones en la montaña
Agentes del Greim demuestran su gran eficacia
S.E.

EL MEJOR momento para defender las reivindicaciones es aquel en el que las decisiones no están todavía cerradas. Tienen una mayor efectividad porque no se ha producido una merma de los recursos y porque tampoco queda nadie airado tras tomar una determinación que haya que echar atrás. Además, el tiempo de reflexión permite estimar los pros y los contras de la medida. El estudio técnico de la Guardia Civil que propone la supresión del Equipo de Rescate e Intervención en Montaña de Panticosa se enmarca, con certeza, dentro de una estrategia de racionalización de los medios que es consustancial y dinámica dentro de las fuerzas de seguridad para ofrecer el mejor servicio con una optimización del gasto. Sin embargo, en la condición humana se halla tanto la falibilidad como los errores de cálculo en la relación entre los beneficios y las desventajas. Incluso, reconsiderar y rectificar acaba reforzando el principio de autoridad, que se sustancia más en la argumentación y la sensibilidad que en el poder sin matices.

Los grupos y equipos de rescate e intervención en montaña de la Guardia Civil en nuestra provincia se sitúan, con justicia, entre los que tienen una mayor reputación del mundo en este sector. En la seguridad, radica uno de los factores de competitividad más vendible de una sociedad, y los agentes que se dedican a estos menesteres son realmente buenos porque salvan vidas y además recuperan a personas en dificultad, estén dañadas en su integridad o no. En muchas de las operaciones, la proximidad constituye un elemento clave para el éxito de las operaciones. Cualquier reformulación, por tanto, ha de contemplar todas estas variables y, definitivamente, no albergamos duda alguna de que suprimir el Ereim de Panticosa es una decisión cuyo mejor camino es la reversión.