Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Un paseo por Huesca abierto al mundo

Raúl Sunn Festival Cine Huesca
Raúl Sunn en su exposición Cinematic del Festival Internacional de Cine de Huesca
Pablo Segura

LA EXPOSICIÓN Cinematic de Raúl Sunn es, quizás, la metáfora de la dimensión del Festival Internacional de Cine de Huesca. Un paseo cinematográfico por la capital ofrecido a todo el universo, con una capacidad de transformación sólo al alcance de la combinación entre las potencialidades tecnológicas y la creatividad que no halla límites ni fronteras. Por eso esta 49 edición va a reunir, en torno al séptimo arte, las múltiples modalidades que confluyen en ese retrato de la dimensión inacabable de la naturaleza humana que es el cinematógrafo. Después de las exposiciones fotográficas, el primer gran momento de la programación dirigida por Rubén Moreno fue la entrega del Premio Pepe Escriche a la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales, concesión que al artífice del gran acontecimiento cultural oscense le hubiera encantado hasta el punto de que, con absoluta certeza, habría ideado una chanza que repetiría durante estos días incesantemente a su millón de amigos -o más- con los que hubiera convivido estos días.

El Festival de Cine de Huesca es una de las maravillas que puede ofrecer nuestra ciudad y nuestro territorio. Un atractivo sobresaliente dentro del rico patrimonio cultural, reflejado en los ránquines exteriores (son una buena auditoría sin necesidad de haber sido solicitada) y principalmente en el arraigo de esa comunidad que configuran los ciudadanos de la capital y los amantes del cine y, particularmente, de esa esencia de la autenticidad audiovisual que son los cortometrajes. Huesca es referente mundial en este seductor formato y de ahí la participación en el concurso de 75 cortometrajes de una treintena de países, con otros tantos estrenos. Tras la audacia del año 48, pandémico y tristón, en el 49 corresponde recoger la cosecha que va a ser singularmente fructífera.