Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Educar en los valores del ruralismo

Participantes en el Encuentro de Infancia y Juventud en Aínsa
Participantes en el Encuentro de Consejos de Infancia y Juventud de los Pirineos en Aínsa
S.E.

ESCOLARES de Biescas, Sabiñánigo y Jaca llenaron de vida y alegría la villa de Aínsa con su Encuentro de Consejos de Infancia y Juventud de los Pirineos que transcurrió entre juegos y debates, un reflejo de lo que es la vida entre el ocio, el trabajo, la reflexión y la acción. La mirada de los jovencitos alumbró ideas que sorprendieron al alcalde, Enrique Pueyo, y a la consejera Mariví Broto, quien incidió en la trascendencia que resulta de la puesta en común de las experiencias en cada una de las localidades y de la aportación de iniciativas que echar a andar.

Los estudiantes que permanecen en el ámbito de poblaciones de censo limitado constituyen una oportunidad magnífica para revertir la tendencia que desde hace muchas décadas destruye una parte sustancial de la estructura municipal de una parte de España que hubo de renunciar a sus mejores recursos, los humanos, para engordar el progreso de las regiones más prósperas, sea por el beneficio institucional de un país empecinado durante la dictadura en favorecer grandes focos de desarrollo, sea por los méritos de los destinatarios de las personas que hubieron de desarraigarse para buscar fórmulas de supervivencia y de futuro para sus descendientes. Estos jovencitos, en los que todavía anida la cultura rural, pueden y deben ser los referentes en los que sus coetáneos de las ciudades pueden fijarse para conocer los valores del ruralismo, ese escenario de convivencia más natural, más coherente con la esencia de la condición humana. Una concurrencia como la de ayer en Aínsa debe servir para enriquecer, al compartir conocimientos, la vida de estos pueblos, pero, a su vez, ha de ser una ventana en el que, a través de todos los medios, los jóvenes urbanitas vean unos lugares para vivir auténticos, serenos, edificantes. Mejores.