Opinión
Por
  • Javier García Antón

Trágala al trágala

José Luis Escrivá, ministro de Inclusión y Seguridad Social.
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión y Seguridad Social.
Agencia EFE

ANDÁBAMOS los “baby boomers” contritos, como si nos hubieran echado a tiempos de Fernando VII, a punto de enfrentarnos al resto de la patria. Como cuando los liberales defensores de Cádiz atizaban a los absolutistas aquello “¡Trágala, trágala,/ tú, servilón, tú que no quieres/ Constitución!”. Eran más rumbosos que los conservadores y, de hecho, le pusieron tonadilla a la letra, a lo que los desairados replicaron lo de “¡Trágala o muere/, tú, liberal, tú que no quieres/ Corona real!”.

No, no está bien que, cuando asomas a la ventana de la edad del júbilo te digan que, por razón de que las madres de aquella época fueron más dadas a la natalidad, has de penar con unas condiciones peores que los que te precedieron, presuntamente más austeros en materia de procreación. Esto es, a elegir entre trabajar hasta más tarde de los 65 o ver reducida tu pensión, como si los 30, 35 o 40 años que te has pegado cotizando no hubieran sido suficiente aportación. Y sin tener en cuenta que, para el sostenimiento del sistema, se anuncian más impuestos que empobrecerán más al ciudadano aunque lo vendan con “brilli-brilli”.

Quizás abrumado por las críticas y las dudas -la fruta, si no se deja madurar, siempre sabrá ácida o “desaboría”-, el ministro Escrivá reconoció ayer que no tuvo su mejor día en la explicación del acuerdo que pomposamente firmaron gobierno y agentes sociales. Lo que quizás venga a significar que gobierno y agentes sociales posiblemente no tuvieran claro lo que suscribieron. Una frivolidad tan solo explicable por los fonditos del primero que sustentan a los segundos. Pero yo, “baby boomer” ya con casi 37 años cotizados, digo que la pensión me la estoy ganando yo. Eso es hablar con propiedad y no jugar con fuego.