Opinión
Por
  • Fermín Bocos

Sánchez "pasa" de Podemos

Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.
Efe

Pedro Sánchez se siente fuerte tras alcanzar con ERC, a cambio de los indultos, un compromiso de tregua para lo que queda de legislatura. Confían en que los separatistas que gobiernan en la Generalidad no volverán a las andadas retomando la senda de perdición del “procés”. El Presidente y su gurú, Iván Redondo, confían en que la indignación generalizada que fuera de Cataluña provocó la concesión de las medidas de gracia se vaya diluyendo a medida que pase el tiempo y los días traigan consigo otros afanes. La distribución selectiva de los miles de millones procedentes de Fondo Europeo de Solidaridad va a ser otra carta con la que cuenta Sánchez a su favor. ERC le asegura la tranquilidad que a su vez necesita Pere Aragonès, el recién llegado a la presidencia de la Generalidad, para asentarse en el poder distanciándose de sus socios pero competidores de la tribu del prófugo Carles Puigdemont, uno de cuyos régulos locales, el también indultado Jordi Sánchez -que recela de los acuerdos con Madrid- amenaza con volver a las andadas tomando como línea de salida el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017.

Estamos ante un juego de poder en el que Pedro Sánchez se encuentra fuerte porque desde que Pablo Iglesias abandonó la política y el Gobierno el ascendente de Podemos y de los ministros que forman parte del Ejecutivo ha ido menguando a ojos vista teniendo como consecuencia la pérdida de valor de sus exigencias. Con Iglesias en el Gabinete, Redondo no se habría atrevido a vetar la presencia de Irene Montero en la rueda de prensa en la que fue presentado el proyecto de ley conocido como “Sólo sí es sí”, una de sus iniciativas estrella. Tampoco Pedro Sánchez habría sido tan expeditivo y en el fondo despectivo con el todavía ministro de Consumo, Alberto Garzón, desautorizándole en la polémica del chuletón.

El PSOE con sólo 120 diputados necesita a Podemos que tiene 35, pero sin Iglesias al timón el partido morado decrece en los sondeos y en La Moncloa saben que a pesar de que se quejan de “ninguneo” lo último que harán será romper la coalición. Por eso, Sánchez se irá tranquilamente de vacaciones salvo que se lo impida el más que preocupante crecimiento de los contagios que provoca la pandemia. l