Opinión
Por
  • Javier García Antón

¿Por Edison o por Tesla?

La nueva tarificación de la luz ha generado dudas
La nueva tarificación de la luz ha generado dudas
Efe

VISTAS las disquisiciones en torno a una de las pesadumbres que complementan nuestra capacidad líder en contagios, en concreto el precio de la luz, ya se empieza a echar de menos a Iván Redondo. Probablemente, el pequeño rasputín monclovita hubiera pertrechado a la ministra energética de argumentos importantes con los que contestar a la inquietud ciudadana y el colmillo opositor, aprovechando además que la memoria está atacada, pese a decretos y leyes, por la escualidez de su anorexia.

Con el Terrible, hubiéramos hallado algún resquicio de otros gobiernos que pincharon en hueso ante las energéticas, y de paso hubiéramos desprovisto del baúl de las remembranzas aquellos cierres de nucleares para ser suministrados en nuestro déficit por las nucleares de nuestro país vecino. Claro, con tres años de instalación ejecutiva, suena extraño demonizar el ologopolio energético y hallar como toda solución la bajada del IVA de la que no se benefician pymes y autónomos, y que obligará a sangrar por otros miembros del sufrido cuerpo contribuyente.

A Iván quizás se le hubiera ocurrido, en su agudeza, retrotraernos a los tiempos de la impresionante disputa entre Nikola Tesla, partidario del sistema de corriente alterna, y Thomas Alva Edison, cuya predilección se inclinaba por la corriente directa. Al final, como sucede en el deporte, los títulos son los títulos y Edison era el más rápido velocista a la hora de llevar sus inventos a la oficina de patentes, mientras Tesla, más intelectual y profundo, quedó como el Poulidor (el segundón) en la carrera por el campeonato de inventores. Si el serbio de ascendencia se hubiera impuesto, hoy la luz sería más barata, ¿no, ministra? Pues no.