Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Más argumentos para la línea del Canfranc

Las obras han comenzado este miércoles
Las obras han comenzado este miércoles
Pablo Segura

LA RECONVERSIÓN de la Estación Internacional de Canfranc para convertirse en un referente doble de la movilidad y del turismo colocó ayer una nueva piedra con el comienzo de las obras de rehabilitación del edificio principal para su transformación en un hotel de lujo, cuya puesta en marcha apunta la fecha de diciembre de 2022. Más que quemar etapas, el proyecto integral en torno a este monumento de la arquitectura modernista va incorporando nuevos alicientes para refrendar el interés máximo que tiene para los visitantes un espacio con un relato histórico excepcional.

El éxito de la reapertura paulatina de todos los elementos que configuran una reivindicación histórica radicará, más que en el sentimentalismo bien definido y asentado de la identidad aragonesa, en la capacidad de convertirse en un escenario practicable que permita disfrutar de unas experiencias magníficas en un entorno único, con unos servicios diferenciales y con la autenticidad que otorga el hilo de los acontecimientos que han escrito el devenir del pueblo, de la comarca y de la provincia durante todo el siglo pasado. Conseguir que la atmósfera muy especial de Canfranc confiera además vivencias únicas gracias también a la indiscutible calidad y cultura de los servicios turísticos en el Valle del Aragón reclama que cada paso que se dé en las infraestructuras atraiga a personas de toda España y el mundo.

Y, por supuesto, tanto el hotel como el resto de los servicios concebidos en el planeamiento en torno a la Estación Internacional de Canfranc representan un baluarte básico con el que reclamar la máxima diligencia en los trabajos para conseguir una reapertura que no sólo es añorada, sino que es una imposición que nos hemos hecho a nosotros mismos como simbolismo de apertura, progreso y convivencia.