Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Fin de semana cumbre

El Alcoraz ha recibido a los aficionados tras más de una año de ausencia.
El Alcoraz recibía a los aficionados tras más de un año de ausencia.
Pablo Segura

El toque de queda se levantará el martes en Huesca, Barbastro, Monzón y Jaca. El martes, pero no antes. Hasta entonces, de 1.00 a 6.00 hay que quedarse en casa, y tampoco es difícil, que la hostelería cierra a las 0.30. Así lo adelantó ayer el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, en su visita a Alquézar, donde pudo comprobar que la provincia se encuentra en el fin de semana cumbre del año por la ocupación. Muchos hosteleros han vuelto a registros de 2019 y no hay más que salir a la calle en puntos turísticos  estratégicos para comprobarlo.

Pero no solo hay turistas sino también mucha población de segundas residencias. Este es el fin de semana de la vuelta al pueblo, porque en muchos de ellos serían las fiestas, pero no habrá. Las fiestas patronales están suspendidas hasta el 30 de septiembre y merece la pena recordarlo.

Superados los días clave del San Lorenzo oscense (aunque los datos dirán si con éxito o no), ahora queda sobrevivir a las ‘no fiestas’ del pueblo. Los encuentros en los bares ya están regulados con un aforo permitido del 50 % en interior y un máximo de 6 personas por mesa, pero hay que cuidar las reuniones familiares. Estas últimas no pueden superar las 10 personas. De nuevo, los Gobiernos centrales, autonómicos y locales han vuelto a lanzar esa llamada a la responsabilidad ante el fin de semana festivo.

Un fin de semana que comenzó también con el inicio de la Liga de fútbol profesional, que abrió el partido del Huesca con la vuelta del público a El Alcoraz. Con todas estas circunstancias: el retorno a los estadios, las ‘no fiestas’ de los pueblos y el lleno turístico en muchos puntos, hay que extremar las precauciones. De ello depende que este fin de semana ‘cumbre’ en la provincia sea un éxito o un fracaso. Veremos.