Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Apoyo a la ganadería extensiva

Un rebaño de ovejas en una zona de pastos en la provincia de Huesca.
Un rebaño de ovejas en una zona de pastos en la provincia de Huesca.
D.A.

LA GANADERÍA EXTENSIVA pide ayuda. La presencia del lobo y el oso genera temor, especialmente tras los últimos ataques, por lo que Adelpa (Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés) reclama medidas de protección. Por otro lado, pide que la zona de la Jacetania donde se han producido los incidentes se incluya en las ayudas ante los últimos ataques y que la DGA asuma los costes económicos de los daños.

La ganadería extensiva necesita medidas de protección para garantizar la pervivencia de un sector para el que el oso y el lobo son solo una amenaza más. La rentabilidad de las explotaciones, lastrada en buena medida por la falta de políticas de apoyo, pone en peligro no solo un producto de calidad sino un modo de vida e incluso la continuidad de muchas familias asentadas en el medio rural.

Las ayudas para indemnizar con el precio de la oveja muerta (eso cuando se reconoce) son insuficientes, entre otras razones porque el daño suele ir mucho más allá de la que matan; otras quedan vivas pero abortan como consecuencia de la estampida. Pero ni siquiera esto es lo sustancial. Adelpa pide medidas de protección para evitar estos ataques así como el control de los perros asilvestrados, a los que se les atribuyen algunos de los incidentes. Tampoco esto puede pasar.

Más allá de estas ayudas e incluso de la amenaza del oso y el lobo, las administraciones tienen que reconocer los servicios ambientales que prestan los ganaderos al llevar a sus animales a pastar en extensivo. Su presencia contribuye a la “gestión” forestal e incluso a la riqueza de la diversidad de nuestro paisaje, como han demostrado investigadores del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) de Jaca. La ganadería extensiva es imprescindible en nuestros montes.