La recuperación emocional
LA RECUPERACIÓN económica y la vuelta a la normalidad se sitúan entre los sintagmas más deseados en la pandemia mientras, a medida que avanza, se ha ido perdiendo la salud mental y es necesario incluir al mismo nivel la recuperación emocional. La entidad Proyecto Hombre, que aborda problemas de adicción, llama la atención sobre la “frustración” de jóvenes de entre 12 y 17 años, de los que el 60 % ha probado algún tipo de sustancia y el 25 % sigue con el consumo.
El rostro de esas cifras es el de cualquier adolescente que tenemos cerca y ante eso la sociedad tiene que reaccionar. Visibilizar la realidad es uno de los avances para hacerle frente, del mismo modo que diversos expertos resaltaban el viernes en Huesca la necesidad de desestigmatizar el suicidio, por un lado, o la enfermedad mental por otro.
Cada tres días se suicida un aragonés. Es un síntoma de una sociedad “enferma o en crisis”, definía el psiquiatra oscense Carmelo Pelegrín. Es un dato que no nos podemos permitir, como en su día sucedió con los accidentes de tráfico. La cifra de suicidios es intolerable y hay que intervenir más allá del Día Internacional. Y se empieza desde la infancia.
La pandemia y la reclusión que ha conllevado, con la falta de socialización tan necesaria en la adolescencia, ha hecho que estuvieran más tristes y desanimados, comenta la psicóloga Jara Martínez, por lo que es fundamental trabajar en el refuerzo de la autoestima y en la tolerancia al estrés y la frustración.
Es dura la asociación de ideas, pero el suicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes, asegura el citado psiquiatra. Es una obligación trabajar por una sociedad sana (y no solo contra el coronavirus). A ver cuándo se habla de planes para la recuperación emocional.
