Opinión
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Candanchú salva bola de partido… ¿y ahora qué?

El  turismo de la nieve es clave. En la foto, Candanchú.
Esquiadores en Candanchú.
S.E.

Parafraseando a André Agasi en sus memorias, en los momentos culminantes de cada partido de tenis se mide la confianza, solidez y valentía de los mejores jugadores del mundo. Salvar una bola de partido dice mucho sobre la fortaleza mental en esos momentos por parte del jugador. Pero el partido no se acaba allí, si se le quiere dar la vuelta no solo ha de mantenerse intacta esa fortaleza mental, sino que además es imprescindible algunos cambios para comenzar a ganar juegos y remontar.

Eso es lo que ahora necesita el tejido económico del turismo invernal del Valle del Aragón.

Salimos de una dura crisis, que para el turismo invernal ha sido mucho más dura que en otros sectores. Pero el problema es que en el Valle del Aragón “llueve sobre mojado”. Todos estos problemas tienen el origen en la formidable competencia con Formigal, fundamentalmente por las continuar inversiones en ampliación de dominio e innivación artificial, con una financiación millonaria a la que otros no han tenido acceso.

El desarrollo de Formigal está siendo posible gracias a la apuesta del Gobierno de Aragón por el turismo invernal a través de Aramón, de la mano de Ibercaja, con inversiones que rondaron los 170 millones de euros (más de la mitad fueron aportaciones de capital, el resto préstamos avalados por sus socios). Desde entonces, no se ha implantado ninguna actuación para reequilibrar los valles hasta ahora, cuando se dota una línea de préstamos de 4 millones de euros para las estaciones de esquí del valle del Aragón… ¿4 frente a 170?

Es evidente que “las reglas del juego” siguen estando claramente desequilibradas, el apoyo público a un valle es enorme en comparación con el valle contiguo, lleva siéndolo muchos años y así será difícil remontar, aunque también es cierto que mientras haya vida, hay esperanza.

No obstante, desde este valle no lo queremos ver como una competición fraticida, nos encantaría ir de la mano de nuestros vecinos, unidos en un dominio esquiable conjunto con varios accesos, dejar de vernos como competidores y comenzar a tratarnos como aliados, compañeros de juego frente a otros agentes competidores. De este modo, las inversiones de Aramon dejarían de ser un problema para el valle del Aragón, sería la punta de lanza de una potente arma comercial para remontar el partido de la mano de nuestros vecinos.

Si además se consigue un dominio esquiable líder en Pirineos sin necesidad de hacer más ampliaciones, simplemente conectando los ya existentes… la jugada sería maestra.

Pero la pelota está en el tejado del Gobierno de Aragón, que aprobó un PIGA para la unión de estaciones del valle del Aragón con el de Tena hace 10 años, un proyecto que lleva muchos tiempo (incluso años de bonanza) acumulando polvo en algún despacho de la DGA.