Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Sin consenso, no hay energía

Los vecinos rechazan que las torres de alta tensión invadan su entorno.
Los vecinos rechazan que las torres de alta tensión invadan su entorno.
S.E.

Las comarcas de Somontano, La Litera y Ribagorza han aprobado sendas mociones de rechazo del proyecto de la línea de muy alta tensión Laluenga-Isona, impulsado por la empresa Forestalia, que atraviesa sus territorios. Este plan ha sorprendido a instituciones y vecinos, que están mostrando su rechazo.

De nuevo planea sobre la provincia un trazado de transporte de energía que siembra el temor de los vecinos, como sucedió en su día con la Aragón-Cazaril, que se descartó por la falta de consenso. En unos momentos en los que se planifican también grandes extensiones de placas solares para producir energía fotovoltaica, que requieren líneas de evacuación, es más necesario que nunca contar con la aprobación del territorio y planificar un plan de compensación como zonas cedentes.

La planificación energética actual no puede despertar los fantasmas del pasado, de los que esta provincia no ha podido olvidarse, entre otras razones porque nunca han llegado las compensaciones, ni por las afecciones ocasionadas por las obras fallidas como la de Jánovas ni por las reversiones de las concesiones de las grandes obras hidráulicas que vuelven ahora a manos del Estado.

En Laluenga, el Ayuntamiento convocó a sus vecinos a una reunión para una recogida de firmas en contra de un trazado que, según su alcaldesa, se situaría a solo 200 metros del casco urbano y no beneficiaría a sus vecinos. Además, denuncia la falta de información de los promotores sobre un proyecto que se encuentra en periodo de alegaciones hasta el día 22. En estos momentos en los que la palabra sostenibilidad se escribe sobre cualquier proyecto, no se puede planificar sin contar con el territorio. Sin consenso, no hay energía.