Opinión
Por
  • Luis Estaún Garcia (Exalcalde de Biescas)

Biescas y la crispación

Plaza del Ayuntamiento de Biescas.
Plaza del Ayuntamiento de Biescas.
Mercedes Portella

El portavoz del CHA en el ayuntamiento de Biescas se congratula, en una carta al director, de que ha conseguido bloquear junto con otros concejales, que se regularice la situación administrativa de un establecimiento de restauración vinculado al parque de tirolinas “Biescas Aventura” que -como él mismo recordaba- ha cumplido diez años con un balance muy positivo de creación de empleo y diversificación de la oferta turística de Biescas. Miles de visitantes del Pirineo han podido disfrutar de sus instalaciones y servicios.

No me atrevo a decir que, si hubiera dependido de él, nunca se habría permitido poner en marcha esta actividad y servicio turístico en Biescas, porque simplemente se ciñe a la interpretación estricta de un expediente administrativo complejo y sus posibles deficiencias, para desacreditar la iniciativa y por añadidura todo lo que el PAR ha hecho en Biescas durante varios mandatos. No es la primera vez.

El adanismo, el “hábito de comenzar una actividad cualquiera como si nadie la hubiera ejercitado anteriormente”, se traduce en política con desprecio a todo lo anterior a tu llegada al cargo y la creencia de que eres la primera persona sobre la tierra en abordar tareas que nadie ha sido capaz de resolver históricamente.

Probablemente todos los que no hemos dedicado a la política hemos experimentado la tentación de caer en el adanismo con más o menos intensidad, en los primeros días de ocupar un cargo. Sin embargo, cuando ya llevas dos años, más de la mitad de un mandato municipal, y sigues centrando tus esfuerzos en desmontar todo lo que se ha construido anteriormente, entonces nos encontramos con otro perfil de político. Por ejemplo, con el que entra en política por rencor y con afán personal porque no se le ha dado la razón en un conflicto de lindes con otro vecino, con el que camufla en el aparente estricto cumplimiento de la legalidad, un espíritu de revancha que al final pagan todos los vecinos porque se traduce en crispación y parálisis de la gestión municipal.

En este caso, se debatía la propuesta del PAR a fin de regularizar una instalación hostelera adicional al parque, cuya apertura provisional se produjo, al igual que en otros establecimientos, para dinamizar y apoyar la oferta turística frente a la terrible crisis y pérdidas por la pandemia. Era una intención positiva, con alternativas avaladas en aplicación de la legalidad y con altura de miras por el interés general, fomentando nuevos atractivos para Biescas, también fuera de temporada. Este planteamiento recibió la negativa de otros grupos porque en la instalación se servía en plato y no sólo bocadillos. Esa oposición fue mayoría suficiente para frenar la propuesta y acarrear, por tanto, el cierre del servicio. El ayuntamiento y su gobierno han cumplido responsablemente, sin mayor confrontación, con la decisión plenaria que sólo cabe asumir y no hay más que añadir.

Ahora bien, por mi parte, me resulta muy poco presentable que haya quien pretenda celebrar esa clausura con los fuegos artificiales de un escrito en la prensa para, ya de paso, denigrar todo el proyecto y la gestión municipal en general, pasar factura a corporaciones anteriores y también a la actual, insinuando bajos intereses (que la propia actuación del ayuntamiento desmiente), acudiendo al lema “todo mal”, desconociendo la labor de años, ignorando que es mejor arreglar una cosa que tirarla y persiguiendo exclusivamente la meta de desgastar y provocar polémica.

Enhorabuena, señor Campillo, espero que ya esté satisfecho y dedique los próximos dos años a construir algo positivo para Biescas.