Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Huesca nunca cierra

Turistas en Jaca.
Turistas en Jaca.
Rafael Gobantes

Mientras disfrutamos de los estertores del verano y se empiezan a vislumbrar los primeros ocres del otoño, la provincia vuelve a llenarse de un turismo que quiere sentir el crepitar de las hojas y ese olor de la tierra húmeda bajo los pies. El puente del Pilar marcaba tiempo atrás el fin de la época turística estival y el inicio de un tiempo valle hasta que la nieve permitía abrir las estaciones de esquí del Pirineo. Por suerte, y tras muchos años de trabajo desde el sector, las temporadas están cada año más desdibujadas, aunque se sigue trabajando para romper con la estacionalidad. En realidad, no es el fin del verano, sino el inicio de un otoño que nos aguarda las mejores instantáneas de Ordesa, de los bosques de la Pardina del Señor o de la Selva de Oza, entre miles de lugares diferentes como las llanuras del centro y sur de la provincia.

Comienza ahora un despliegue de color, una especie de espectáculo de fuegos artificiales entre el silencio de nuestras montañas. En un momento en el que la tranquilidad cotiza al alza, es tiempo para buscar un paraje, seguir un camino y disfrutar de nuestros pasos. A nuestro lado, avanzará la economía y, en concreto, el sector turístico cada vez más profesionalizado, cada día con más ideas para que ese tránsito por nuestra provincia sea novedoso, más placentero y podamos recorrer caminos distintos una y otra vez.

Nuestra provincia nunca cierra y, en cada momento, ofrece diferentes alicientes para ser un destino turístico los 365 días al año. No hay que esperar a que nieve, que ya llegará. Antes de los esquís, es suficiente con las botas, o ni eso. Es tiempo de dejarse cautivar por la Magia de Huesca en otoño y por las miles de propuestas que la provincia ofrece a escasos kilómetros de nuestras casas. Huesca sigue abierta.