Opinión
Por
  • María José Grande (Concejala del PSOE en el ayuntamiento de Barbastro)

Claves para no entender la renuncia del alcalde en la Casa Amparo

Residencia de la Casa Amparo de Barbastro.
Residencia de la Casa Amparo de Barbastro.
Á.H.

Don Pablo Sahún, alcalde de Barbastro, fundador de la Casa Amparo y del Hospital de San Julián y Santa Lucía (del que queda la iglesia, el edificio de la D.O. Somontano y el arco de entrada a la plaza Julieta), tenía un especial celo por las obras sociales y benefactoras en su ciudad. De hecho, entre otras obras, dedicó su dinero para salvar a Barbastro del cólera en el año 1855. (Pablo Sahún).

Con la lucidez que siempre caracterizó a Pablo Sahún, a través de la Fundación de la Casa Amparo, quiso proteger y sellar su compromiso social con los barbastrenses, reservando en el patronato un asiento especial para el máximo representante municipal: el Alcalde de Barbastro.

Llegado este punto: ¿Qué relevancia tiene la renuncia del Alcalde por sorpresa a su puesto en el patronato de la Casa Amparo? ¿En qué medida es relevante esta renuncia?

No se trata de rendir cuentas de la gestión, ni del funcionamiento de una entidad privada como es la Casa Amparo. Lo que se plantea, es una cuestión de responsabilidad política, de representatividad de la ciudadanía de Barbastro.

La Fundación nombra patrono nato al Alcalde de Barbastro, como representante de todos los ciudadanos, como garante y para conocer de los asuntos de la Fundación en su nombre.

El patrono nato de la Fundación es el Alcalde de Barbastro, no Fernando Torres. Y para ser Alcalde de Barbastro solo hay una vía en democracia: concurrir a unas elecciones, ser votado y elegido por los ciudadanos.

El voto es un acto de confianza política que nos otorga el poder de representación, y que a su vez nos hace contraer obligaciones para con los representados. Obligaciones que implican responder a la confianza depositada, respeto a los ciudadanos representados, tener claro que no puedo “hacer lo que me plazca” y no olvidar que mi decisión no solo me afecta a mí sino a otros muchos. Conviene estar muy atento a esto.

El día 28 de mayo, sin previo aviso, sin contacto con ningún otro grupo político del ayuntamiento, ni comunicación de otro tipo, se produce la renuncia en medio de la crisis por la que atraviesa la fundación, y en un momento especialmente complicado desde el punto de vista sanitario y de la repercusión que tenía en la atención socio-sanitaria. En medio de la cuarta ola de la pandemia.

Lo que se produce ese día, es que el Alcalde olvida por qué está sentado allí, y al renunciar, priva a los ciudadanos de Barbastro de su representación. Los ciudadanos a los que representa siguen existiendo, no se han convertido en una ficción. Por lo tanto, no debió tomar esa decisión.

Máxime cuando los residentes y sus familias, venían de un difícil y largo periodo de tiempo, de aislamiento sanitario, con poca y dificultosa comunicación con la familia, con un soporte emocional frágil y abocados a una nueva incertidumbre.

Los trabajadores por otra parte, estaban sometidos a las duras condiciones de trabajo que nos impuso la pandemia y, además, conocían y estaban preocupados con lo que estaba sucediendo en la Fundación.

Entonces ¿Por qué renunció Fernando Torres? En el debate interno de la Casa Amparo, era el miembro del Patronato que más clara debía tener su postura y que tenía que apoyar, sin elegir parte. Si seguía representando a los ciudadanos debía permanecer en su puesto, y cumplir con su obligación con actitud política. Hubiera debido abordar este asunto como un problema, por difícil solución que tenga. Porque la actitud política busca soluciones mediante acuerdos. Tratar de arreglar entre muchos lo que afectaba a muchos. Así es como intenta a la política afrontar los problemas públicos.

Don Pablo Sahún empeñó buena parte de su fortuna en dotar a Barbastro de unos servicios sociales impensables para la época. Pensó en sus conciudadanos. Algo en lo que no pensó Fernando Torres en ese momento. No pensó como Alcalde de Barbastro y su representatividad, sino de forma personal y poco solidaria.

Pero especialmente decepcionante para los ciudadanos, es, que después de todo lo dicho y reflexionado sobre esto, afirma que volvería a hacer lo mismo, que renunciaría a su representatividad en una institución que cuida y ampara a ciudadanos de Barbastro en la etapa de mayor fragilidad de sus vidas.

Ese día no fue el Alcalde de su ciudad con mayúsculas, fue sólo Fernando Torres.

Maria José Grande. Enfermera. Trabajó 11 años en el Hospital Clínico de Madrid. Reside en Barbastro desde 1989. Con amplia formación en Gestión Sanitaria. Ha ejercido de Supervisora de Unidad de Laboratorio, Anatomía Patológica, RX, Unidad de Cirugía, Reanimación y del Área de Recursos Materiales. Integrante del grupo fundador de la Central de Compras del Salud.

En la actualidad ejerce como enfermera y miembro de la Comisión de Cuidados Paliativos.