Por encima de las siglas
La financiación autonómica es uno de los escollos que tiene que salvar el Gobierno, una cuestión que se dilata en el tiempo sin que haya avances claros. La dirección del PSOE reunió ayer a sus presidentes autonómicos con la idea de buscar una “posición común” con otras formaciones políticas y es que no hay muchas otras soluciones posibles cuando se trata de un asunto en el que prima la defensa de los intereses del territorio sobre las siglas del partido.
De hecho, Asturias, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja y Extremadura acudirán a una reunión en Santiago de Compostela promovida por el presidente de Galicia, el popular Alberto Núñez Feijóo. Cada vez son más comunidades las que se suman a ese grupo inicial en el que ya estaba Aragón con presidentes de otras formaciones políticas para reclamar a Sánchez en reiteradas ocasiones una financiación diferenciada para los territorios más aquejados por la despoblación, fundamentalmente para que se tenga en cuenta el envejecimiento y la dispersión territorial en el nuevo modelo.
La reforma de la financiación autonómica, caducada desde 2014, tiene que convertirse en un modelo que aúne todas las sensibilidades y pueda mantenerse en el tiempo. Los intereses partidistas tendrán que dejarse de lado, y algunos ya lo han hecho en ese frente común de las autonomías con gobiernos de diferentes colores, pero también tendrán que quedarse atrás otros intereses vinculados a los territorios, para conseguir un modelo que palie o consiga una España de las autonomías más igualitaria. En este asunto, se debe demostrar el sentido de Estado, para conseguir un pacto que se mantenga al margen de los cambios de gobierno, tanto en el país como en las autonomías.
