Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Toques de normalidad

Ensayo de Semana Santa de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Ensayo de Semana Santa de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Rafael Gobantes.

Las bandas de tambores vuelven a ensayar en Huesca para preparar la Semana Santa de 2022. Los toques se antojan ahora como parte de la sintonía de la normalidad o también pueden interpretarse como parte del sonsonete de la llamada a la responsabilidad. Este toque de atención no puede dejar de sonar. Las cifras de contagios, que habían bajado hasta llegar un día a cero casos en la provincia, han vuelto a una senda ascendente que hay que volver a doblegar.

Pero, mientras tanto, los bombos y tambores empiezan a ponerse en marcha porque una Semana Santa no se prepara de un día para otro. Y se ha visto. Desde el 1 de noviembre podían volver a celebrarse fiestas patronales, pero ni en Albalate de Cinca ni en el barrio oscense de Santo Domingo y San Martín se ha vuelto a la normalidad y, aunque se han recuperado actos, la fiesta no ha existido. En primer lugar, por prudencia y, en segundo lugar, porque la medida llegó prácticamente en las vísperas.

Por ello, la Archicofradía de la Santísima Vera Cruz, que organiza los actos y las procesiones de la Semana Santa de Huesca, ha comenzado a trabajar para recuperar la edición de 2020, que no se celebró, y que ya estaba programada.

Quedan meses, sí, pero todo lo que se vive en Huesca en esa semana requiere de mucha coordinación y esta, por supuesto, comienza también por las bandas, pero es solo una parte del trabajo que lleva preparar los pasos para que esté todo a punto. Este trabajo voluntario de una gran parte de la sociedad oscense no puede quedar empeñado por las cifras. Que suenen esos tambores hoy como una llamada a la responsabilidad para recuperar por completo la normalidad, para que suenen mañana, en Semana Santa.