Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Navidad a la aragonesa

Ante el aumento de casos y la llegada de ómicron se ha acelerado la vacunación.
Ante el aumento de casos y la llegada de ómicron se ha acelerado la vacunación.
EFE

Una Navidad a la aragonesa podría tener el ternasco asado en la mesa -este año más caro que nunca- o cabrito, incluso chiretas, el empanadico y el poncho navideño. Pero además de los productos autóctonos, por los que tenemos que apostar y seguir poniéndolos con orgullo en la mesa, tendremos unas normas seguramente diferentes a las de otras comunidades autónomas para hacer frente a la covid. Pero esto no es motivo de orgullo, porque no tiene sentido que, una vez más, las medidas las marque cada comunidad autónoma.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, anunció ayer nuevas restricciones, como las limitaciones de aforo y horarios en la hostelería. No solo se adelantará el cierre de nuevo sino que se volverá a prohibir el consumo en barra a partir de la próxima semana. Los datos no dejan de sorprender, ya que ayer se batió un nuevo récord de contagios diario. De los 1.795 que habían escandalizado la víspera se pasó a 2.026. Hoy se verá si prosigue la escalada.

Una y otra vez, en cada nueva ola, en cuanto hay que tomar decisiones para marcar las restricciones, el Gobierno central deja la tarea en manos de las Comunidades autónomas. En vísperas de Navidad, en estos días de celebraciones familiares y reencuentros, Sánchez ya tardó demasiado en reaccionar y, además de convocar tarde la Conferencia de Presidentes, el resultado solo contribuye a desconcertar a la ciudadanía. No se ha aprendido mucho de lo que ha sucedido en todo este proceso y se ha escuchado poco a la ciudadanía que demanda igualdad entre regiones. La variante ómicron es global, así que es absurdo distinguirse en las medidas para combatirla. La diferencia tiene que quedarse en la mesa y en las tradiciones.