Opinión
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  • Diario del AltoAragón

50 años de Cerler

Ambiente en Cerler este 31 de diciembre.
Estación de Cerler.
Aramón

LA ESTACIÓN de esquí de Cerler cumple 50 años como motor de desarrollo del valle de Benasque. Toca mirar atrás, sobre todo porque es importante recordar lo que supuso para esta área pirenaica la puesta en marcha de estas instalaciones. Sin embargo, no es historia: es presente y, sobre todo, futuro. Así lo supieron ver entonces, cuando en la década de los sesenta se gestó el proyecto con una sociedad formada por asiduos veraneantes procedentes de Barcelona; y así de claro lo tuvieron después los habitantes del valle cuando en la década de los ochenta tomaron las riendas con los ayuntamientos, que invirtieron dinero, para continuar creciendo y para posicionarse como uno de los mejores destinos del Pirineo; después, se sumó el Gobierno de Aragón y años después, en 2002, se integró en el grupo Aramón. Empresarios y representantes institucionales comparten su visión: fue y sigue siendo el motor del valle, una industria al fin y al cabo por el volumen de trabajo que genera.

Su estreno, el 26 de diciembre de 1971, supuso como define el alcalde de Benasque, José Ignacio Abadías, un antes y un después para el Valle de Benasque, al convertirse en su motor de desarrollo. Es la misma visión que tienen los empresarios de la zona. Ahora, con la ampliación de la estación por Castanesa, quieren que su fuerza llegue al citado valle, donde muchos pequeños núcleos luchan por sobrevivir. Benasque casi ha triplicado su población: de los 800 habitantes que tenía en 1970 ha pasado a casi 2.200 vecinos en 2020. Este dato es lo suficientemente elocuente. Sin lugar a dudas, ha posibilitado a muchos vecinos continuar allí. Escucharlos permite ver que se avanza por el camino adecuado. Cerler tiene muchos proyectos de futuro para seguir siendo el motor.