Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El Casco Viejo de Huesca

Vista del casco antiguo de Huesca
Vista del casco antiguo de Huesca
D.A.

LA ASOCIACIÓN de Vecinos Osce Biella, en colaboración con el área de Cultura del Ayuntamiento de Huesca, ha editado un libro para conmemorar los 50 años de las declaración de Conjunto Histórico Artístico del Casco Viejo de Huesca y que su recuerdo se convierta en una invitación a la reflexión y una reivindicación. Es el momento de preguntarse si es el casco que queremos. Mientras en otras capitales es el centro neurálgico o un lugar de paseo para vecinos y turistas, en Huesca apenas hay servicios -ni siquiera llega el autobús urbano- y se visita poco -excepto por sus monumentos-.

Simplemente, pensar en este espacio como un conjunto histórico, ya es un avance. Porque, además, dice la Asociación vecinal que en toda la documentación recogida no solo se da valor a la zona sino que tampoco se cuestiona en ningún momento que se trata de un conjunto coherente. Entre sus calles se encuentran monumentos como San Pedro El Viejo, el Museo de Huesca o la catedral, con su gran recinto catedralicio como pocas de España tienen, pero que nunca se ha puesto en valor. Pero, sobre todo, en este entramado se encuentra también una arquitectura singular que merece la pena conservar. En las últimas décadas se han puesto en marcha planes de rehabilitación -los ARI, ARCH, y ahora ARRU- para ayudar a particulares e instituciones públicas a regenerar el Casco Viejo. Sí, regenerar, porque en muchos puntos en concreto este es el término más adecuado. Pero mientras con estas ayudas se han reformado viviendas y zonas como la plaza de Latre, la de los Fueros... quedan muchos escollos. Además, hay que trabajar por devolverle la vida a las calles de un barrio en el que apenas hay servicios -excepto en las zonas más próximas a los Cosos-. Hay que cuidar esa historia. l