Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Un San Vicente sin calor

Coronas de San Vicente.
Coronas de San Vicente.
Pablo Segura

HUESCA vuelve a vivir la festividad de San Vicente, copatrón de la capital, sin grandes celebraciones, aunque con pequeños gestos que recuerdan la historia del mártir. Por ello, es un San Vicente más frío, sin el calor de la hoguera en torno a la que tradicionalmente se han concentrado miles y miles de oscenses para compartir ese momento con sus convecinos, para degustar la longaniza y la patata asada, pero realmente para aprovechar ese lugar de encuentro.

La hoguera se hubiera encendido ayer y, hoy, hay que continuar siendo responsables. Pero con medidas de seguridad, se puede disfrutar de actividades para sentir igualmente la fiesta. Las ludotecas municipales trabajaron ayer con los más pequeños para que realizaran carteles de San Vicente, como una forma de enseñar parte de la historia de la ciudad. Los mayores pueden acercarse hoy y mañana a las visitas guiadas que se realizan por los espacios vicentinos de la capital oscense, como son las iglesias de San Vicente el Real, el convento de la Asunción y San Pedro el Viejo. En las dos primeras se hace la misa en años alternos, pero en esta ocasión se traslada a la catedral de Huesca para garantizar el cumplimiento de las medidas sanitarias. Será el obispo Julián Ruiz el que la oficie. Al margen del componente religioso, estas visitas descubren aspectos de la ciudad desconocidos.

Siempre ha sido un día en el que muchos oscenses han aprovechado para salir a la montaña o para desplazarse a otras ciudades donde no es festivo, por lo que Huesca tiene que mantener en la medida de lo posible el espíritu de su copatrón para conseguir que el trabajo de años por generar actividades no se pierda por la interrupción de la pandemia. Hoy, una corona de San Vicente puede evocar el recuerdo.