Opinión
Por
  • Carlos García Martínez

¿Qué hubiera hecho Rajoy?

Comparecencia del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
EFE/Kiko Huesca

Un artículo, publicado en medios regionales con titulares a toda página, dice que “según el ‘Indice M. Group de perspectivas de empleo 2022-2023, se crearán en España en ese plazo más de un millón de empleos. Perspectivas ligadas -sigue la noticia- a que el PIB crezca este año y el que viene lo previsto y que se modere la inflación, que la Comisión Europea prevé que se normalizará a mediados de año, y que también depende de la evolución de la pandemia”. Para el diario “El Economista”, el sector turístico recuperará su rentabilidad este año. El propio presidente del Gobierno español acaba de opinar en unas jornadas ante inversores mundiales, que nos esperan tiempos complejos, pero con crecimientos robustos.

Sabiendo que al final de ese plazo están previstas las próximas elecciones generales, de cumplirse tal previsión cabe pensar que esos pronósticos favorecerían la continuidad de un Gobierno presidido por un socialista. Si así fuese, los apoyos necesarios variarían según los escaños que obtuviese el PSOE, dando por hecho que no podría gobernar en solitario y que difícilmente el PP encontraría apoyos suficientes para lograr una mayoría. Los que desean y procuran un anticipo electoral temen no poder beneficiarse dado el rechazo de todos los demás partidos a que gobierne España un Gobierno reaccionario, y concentran su estrategia en la insistente repetición de eslóganes capaces de pulverizar los hechos más evidentes para acabar con “el Sanchismo”. De ahí esos periodistas que nunca dejan que la realidad desmienta sus crónicas y erosionan cada día la confianza en el Gobierno. Mientras la coalición gestiona el poder en consonancia con los socios europeos, la oposición, provocando formidables y continuas polémicas, sigue pronosticando el derrumbe del país. Panorama político que va a volverse más ensordecedor de aquí a las elecciones. “Necesitamos urgentemente que Sánchez abandone Moncloa. No le importa destruir España” acaba de declarar Isabel Díaz en La Razón. ¿Qué España? ¿Qué hubiera hecho el sanchopancista Rajoy gobernando con la pandemia, la subida de la luz y los combustibles, la escasez de suministros industriales y los desastres provocados por el cambio climático.

Hace falta una estadística que compare la riqueza poseída por los votantes de la derecha y de la izquierda para contestar a esa pregunta. “Los ricos iracundos”, titulaba el Premio Nobel de Economía, Krugman, refiriéndose al tiempo de Trump, a los que no se conforman con perder el poder. “La ira está invadiendo el país”, concluía. Por contraste, en las elecciones de 2015 Rajoy no logró la investidura y en la nueva convocatoria Rajoy sería investido presidente gracias a la abstención del PSOE

A Pedro Sánchez le queda casi media legislatura y su trabajo, con la pandemia prácticamente en manos de las Comunidades Autónomas, es la reconstrucción del país, sabiendo que no obtendrá la más mínima ayuda de la oposición, lo que puede favorecerle. Habrá de conseguir que la ciudadanía vea avances en la reconstrucción del país entre el ruido y la furia. Entretanto, desde que el PSOE ganara las elecciones, el Ingreso Mínimo Vital ha subido un 40% y en la inmensa mayoría de las votaciones el Gobierno de coalición no ha pasado apuros, los Presupuestos asumen el papel emprendedor del Estado, aumenta notablemente la inversión en Sanidad, Educación, servicios sociales y dependencia y España se sitúa a la cabeza de Europa en reactivar a los trabajadores con el ERTE, sin el cual y los avales del ICO el paro superaría el 20%. Mientras, el nivel de confrontación con las derechas se vaticina peor, sobre todo en los ataques personales al presidente, al que tanto más fácil le será seguir gobernando cuanto menos se disperse el voto socialista entre micropartidos. Las probables mayorías conservadoras en importantes comunidades lo aconsejan.