Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Sin corredores humanitarios

Refugiados transitan por la estación de Leópolis, en Ucrania.
Refugiados transitan por la estación de Leópolis, en Ucrania.
EFE

LAS IMAGENES de civiles muertos junto a sus maletas cuando intentaban salir de Ucrania estremecen al mundo. Rusia se ha saltado sus propios acuerdos y no respeta ni tan siquiera los corredores humanitarios, que han fracasado. Tormentas de fuego caen sobre las ciudades e interrumpen las comunicaciones para convertir el país en impracticable y dificultar aquello que sus representantes prometieron. La tropas rusas mantienen el asedio a Kiev y asfixian la ciudad de Mariúpol, un puerto estratégico. No hay tregua, no hay visos del alto el fuego, mientras parte de la población sigue atrapada en ciudades sin luz, ni calefacción, ni agua ni telefonía o internet.

Ucrania resiste como puede, pero Putin asegura que no cesará la ofensiva mientras no se cumplan sus exigencias. Por ello, sigue siendo fundamental que el bloque Occidental se muestre unido en la respuesta, más todavía cuando Putin ha calificado las sanciones económicas como “una declaración de guerra”. No son más que las medidas necesarias de defensa sin emplear la fuerza para frenar el ataque el invasor,

Las Naciones Unidas cifran en 1,5 millones las personas que han salido del horror de la invasión por los países fronterizos, el mayor éxodo desde la II Guerra Mundial. Algunas familias ucranianas de las muchas que sí han conseguido salir desde que se iniciara la guerra llegan estos días a localidades del Alto Aragón para refugiarse con otras que participaban en programas de acogida de niños, que pasaban en España las vacaciones de verano. Las muestras de solidaridad han surgido de muchas formas y se han intentado canalizar para conseguir que sean más efectivas ante las necesidades de las personas a las que la guerra ha dinamitado su vida. Aquí serán acogidos.