Opinión
Por
  • Antonio Naval Mas

El órgano de la Catedral de Huesca

Catedral de Huesca.
Catedral de Huesca.
Rafael Gobantes

Es, o era, un excelente órgano, según músicos expertos y profesores de Conservatorio. En 1969, fue desmontado porque sí, es decir, por capricho. En 1980 fue recolocado donde está, por unos diletantes. Ya nunca ha funcionado bien, no se ha oído bien ni, por supuesto, ha ofrecido los brillantes diálogos de trompetería cuando competían de manera espectacular en las dos naves. Cuando las milicias republicanas no habían podido entrar en Huesca, fueron los que vinieron después quienes lo destrozaron. Ahora hay posibilidad y recursos para enmendar desaguisados irresponsables de posguerra.

La directora general de Patrimonio y Cultura de la DGA sabe dónde estuvo y sabe que recolocándolo donde estaba es la oportunidad para que recupere toda su brillantez y la única posibilidad de que vuelva a oírse el dialogo con sus resonancias armónicas. Estos días ha publicado el Decreto para declararlo BIC junto a otros de Aragón. Todo lo que sea protección está bien, o puede estar bien. En ningún caso después de declararlo BIC, esta protección podrá ser la excusa para decir que no se puede cambiar de sitio, porque está protegido estando donde está. Si eso se diera se haría una torcidera interpretación de la protección legal. El lugar que tiene ahora no es el sitio para el que fue hecho y rehecho, ni la actual sonoridad es su peculiaridad acústica, ni siquiera su apariencia actual es la suya cuando con el traslado fue armado con las tablas de un catafalco neogótico, consecuencia de la aversión a todo lo que fuera de apariencia barroca.

Lo que estoy diciendo no es una apreciación de mal agüero, ni precipitarse levantando sospechas. Después de varias décadas llamando la atención sobre la única fachada de Sinagoga conservada en Aragón, y una de las más antiguas, y de las muy pocas, conservadas en España, la Dirección de la DGA declaró BIC esa fachada cuando ya estaba en parte demolida. Y por si fuera poco, la declaración consagra la alteración de tal fachada, pues la Sinagoga, originalmente no tenía ventanas en la primera planta, porque no las necesitaba por su condición de sala de culto. Ahora, nadie se construye un apartamento sin ventanas. La Comisión Provincial del Patrimonio, a pesar de todos los informes y estudios, permitió llegar a ese punto, en similar pronunciamiento a lo que sucedió con el salón Tanto Monta, que ha quedado en sucedáneo de sí mismo, precisamente por la maquillación permitida de que fue objeto.

El órgano e la Catedral puede volver a donde estaba, porque además de ser evidente, lo dicen los expertos. Si es necesario citar precedentes, para que sean otros los que avalen, hacemos presente esta solución adoptada en la Catedral de Alcalá de Henares. Es la que permitiría recuperar todas las posibilidades al órgano de Huesca. De la Catedral de Huesca se puede decir muchas lindezas pero no precisamente que tenga buena acústica. Que se iba a mejorar con respecto a donde está, es tan perentorio que lo contrario sería otro desatino.

Hay otra cuestión añadida, y es que el clero responsable no puede obviar la solución diciendo que la DGA es la que manda. Contra todo sentido del esplendor de la liturgia, de lo que es preceptivo culturalmente y del sentido común, en la Catedral de Huesca, de forma exótica y caprichosa, los cantores llevan décadas situados debajo del retablo mayor, haciendo sombra a la pompa y artificio de los vestidos litúrgicos, humos olorosos, velas simbólicas, ritos y prédicas de manual doctrinal. Es el momento de solucionar el peculiar problema de la colocación adecuada de los cantores y corales, a cuya intervención de debe dar la oportunidad que merecen. Esto sería posible colocando la cantoría debajo del órgano reubicado, si no se quiere montar entre las columnas del arco frontal, como históricamente estuvo. Si los cantores allí donde se les coloque necesitan de megafonía y no se ven, lo mismo pueden cantar desde la sacristía o mediante vídeo conferencia desde sus casas.

Hasta me permito sugerir que, en caso de que se invoque recursos ajustados, será posible hacer cuestación pública, pongamos por caso, vendiendo simbólicamente los tubos que han desaparecido y hay que reponer. Si para el éxito de la operación es estimulante se puede ofrecer como contraprestación colocar una pequeña plaquita con el nombre de sufragante. Esto estimula, y estimula al más indiferente, por el legítimo deseo de trascender en el tiempo. En la ciudad hay posibilidades, sensibilidad musical avalada por las numerosas corales, y voluntad para tener un órgano del que poder decir que es de los realmente buenos.

La limitación contextual arrastra consigo desorientación y falta de motivación en los gerentes propietarios del Patrimonio religioso que dicen no querer perderlo. Por su parte la Gestión Pública del Patrimonio Aragonés da una de cal y, por lo menos, dos de canto, afirmando que son los legítimos protectores. Enmendar los resultados buscando el dictamen de la Comisión Provincial del Patrimonio como aval de garantía de lo que se hace, puede ser tan estrafalario como defender que se va a salvar la prodiga gallina preguntado en cocina cómo la van a guisar.