Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Espiello contra corriente

Cartel premiado.
Cartel del certamen.
Rubén Lucas

El Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe quiere ir este año ‘contra corriente’ con trabajos que recogen discursos que se alejan de lo establecido. Realmente, lo que siempre ha sido revolucionario es la existencia de esta cita cultural en el medio rural y, sobre todo, la continuidad.

En ocasiones, no es tan difícil iniciar un proyecto como mantenerlo vivo y llenar el Palacio de Congresos de Boltaña año tras año y sesión tras sesión. Cierto es que la temática de documental etnográfico puede ser muy adecuada para un lugar como el Sobrarbe, rico en cultura y tradiciones. Sin embargo, no deja de ser un género muy específico en un lugar con baja densidad de población. El mérito es seguir allí después de tantos años y para ello la única explicación es hacer las cosas bien, haberse convertido en un referente en su ámbito y conseguir atraer cada año a grandes directores y guionistas. Pero si este festival destaca por algo, es por el compromiso social.

La cita, que se celebrará del 25 de marzo al 3 de abril, cuenta con 16 películas a concurso y ofrecerá más de 80 proyecciones. Entre ellas, se podrán ver los dos últimos trabajos del director peruano Javier Corcuera, que será distinguido con la Siñal d’onor 2022.

Este patio de butacas es un lugar muy especial, en el que se encuentran todos los vecinos de la comarca, pero supone una gran sorpresa para quien llega esos días de fuera y encuentra una cita cultural de ese nivel en el medio rural, porque demuestra que alejados de los grandes centros culturales hay grandes propuestas por las que merece la pena hacer el viaje. Esto sí es ir ‘contra corriente’ así que si le dan una nueva vuelta solo puede ser... No se puede saber, habrá que verlo.