La rebaja de la energía

LA UNIÓN EUROPEA ha aceptado un acuerdo para que España pueda rebajar los precios de la energía. En realidad, permitirá también a Portugal poner topes temporales a los precios del gas que se utiliza para generar electricidad, de forma que se rebaje el precio, después de que en la UE comprendieran su situación particular como isla energética. El presidente, Pedro Sánchez, ha conseguido un pacto muy ansiado que le refuerza en un momento muy complicado. Pero realmente habrá que ver cómo y cuándo se traduce en la factura de la luz de los ciudadanos y de las empresas.

La guerra de Ucrania solo ha agravado el problema de la escalada de precios que ya se sufría durante el pasado año. Pero, finalmente, España y Portugal han logrado que la Comisión admitiera, con la gran resistencia de Alemania, que tenía que ser de esta manera por las escasas interconexiones. Por ello, justificó la presidenta, Ursula von der Leyen, que debía existir un tratamiento especial en una zona en la que hay un alto porcentaje de renovables. En este último ámbito, hay especial interés en que España avance si bien, en la provincia de Huesca, hay áreas en las que se oponen a la instalación de grandes parques, a pesar de que apoyan las renovables.

Sin embargo, a pesar de las negociaciones y de la rebaja del carburante, el paro de la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte por Carretera se mantiene porque esta considera insuficientes las medidas propuestas por el Gobierno. La protesta ocasiona un enorme trastorno al funcionamiento de muchos sectores económicos y del país en general. Las huelgas tienen un coste y es necesario que los convocantes tengan muy medido el pulso. España no puede permitirse gastos añadidos a los ya inevitables.