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La bonificación del diésel

El Gobierno obliga a que quede al menos una gasolinera abierta por municipio
El precio del diésel marcó ayer un récord histórico.
Á.H.

El precio del diésel marcó ayer un récord histórico, con 1,837 euros el litro, y supera ya al de la gasolina, algo que no había sucedido desde 2011. El coste se ha disparado de forma exponencial desde que se anunció la medida de bonificar con 20 céntimos cada litro de combustible para aminorar los gastos de las empresas y los hogares. Esta última entró en vigor la pasada medianoche, pero realmente se corre el peligro de que no sea efectiva y de que las consecuencias no sean las deseadas. Las pequeñas empresas de combustibles, y así son la mayoría de las existentes en la provincia de Huesca, corren peligro de cierre por no tener capacidad para asumir estas bonificaciones al consumidor final por adelantado.

Las cifras son escandalosas porque, en lo que va de año, el diésel acumula un encarecimiento del 36,29 por ciento, mientras que la gasolina ha repuntado un 22,97 %. Poner coto a los carburantes, como se está haciendo también en otros países, es una de las medidas que también frenaría el IPC, que ha alcanzado también un máximo histórico desde 1985.

La guerra de Ucrania ha terminado por disparar los precios de los combustibles y la inflación en general, ya que Rusia es uno de los principal exportadores. Por ello, ya está muy claro que hay que apostar por políticas energéticas que aboguen por la autosuficiencia y la menor dependencia de terceros, igual que desde la pandemia se ha puesto de manifiesto con el sector agroalimentario.

Con todo, la bonificación de los 20 céntimos por litro que se aplica desde hoy hasta el próximo 30 de junio tiene que resultar eficaz para contener los precios o habrá que reforzarla con otras medidas que eviten también el cierre de empresas.

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