Opinión
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Nuestra calle, nuestro Angulo

El acto ha evidenciado, una vez más, el cariño que Antonio Angulo se granjeó durante toda su vida.
El acto ha evidenciado, una vez más, el cariño que Antonio Angulo se granjeó durante toda su vida.
Pablo Segura

Antonio Angulo Araguás ya da nombre a la calle desde donde cada día se escribe DIARIO DEL ALTOARAGÓN, periódico del que fue el primer director desde su fundación en 1985 hasta 2011, cuando se jubiló. Sonaron las gaitas de Graus (nació en el núcleo de Ejep), y estremecieron las palabras emocionadas de sus hijos, amigos, compañeros de profesión y alcalde de Huesca. Un largo aplauso, mientras su mujer y sus nietos ayudaban a descubrir la placa -donde estos últimos siempre verán calle Yayo Angulé-, cerró un acto de fuertes abrazos. Todo un canto al padre, marido, abuelo, al maestro de periodistas, a un hombre bueno.

Antonio Angulo Araguás imprime su nombre en el callejero, en la historia de Huesca, de cuya memoria colectiva ya formaba parte, y ahora trascenderá generaciones. Como dijo su amigo y periodista Ramón Buetas, “en esta calle donde vive, permanece y permanecerá por los siglos de los siglos el DIARIO DEL ALTOARAGÓN, en honor a todos los que pasan y pasarán por este gran periódico”, en honor de toda la profesión y de todos quienes le siguen queriendo.

El nombre de Antonio Angulo Araguás vuelve desde hoy a la mancheta de nuestro periódico, el de todos los altoaragoneses. Aunque en la práctica, nunca se fue, porque seguimos su estela de dar la información más cercana, de llegar al último rincón de nuestra provincia, de ponerle voz y rostro. Diario es el espacio en el que nos reconocemos y encontramos cada día los altoaragoneses. Angulo decía, como recordó ayer su amigo y expresidente de Aragón Marcelino Iglesias, que “lo más revolucionario en la vida y en el periodismo, es la verdad”. Y ahí estamos, aquí seguiremos, en su calle, en nuestra calle. Gracias, Huesca.

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