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  • Diario del AltoAragón

Cuidar las zonas verdes

Un ciudadano paseando a su perro en el Parque de la Universidad, en la capital oscense.
Un ciudadano paseando a su perro en el Parque de la Universidad, en la capital oscense.
Pablo Segura

Huesca fue reconocida durante años por contar con un parque muy bien cuidado, el Miguel Servet, que pasó por años complicados después y diversas reformas mientras dejaba de ser de los pocos pulmones verdes de la ciudad, que fue incorporando nuevas áreas de esparcimiento. En 2015, con 23,78 metros cuadrados de superficie por habitante y con 125 hectáreas repartidas en 180 espacios diferentes, era la ciudad con más zona verde por vecino de España. Este dato se sitúa muy por encima de lo que recomienda la OMS, que fija entre 10 y 15 metros cuadrados por habitante. Los ciudadanos acostumbramos a responsabilizar a las administraciones públicas del estado de las zonas verdes, que sufren más actos incívicos de lo que parece. La desaparición de ocho frutales de la Vía Verde es un acto absolutamente censurable, por las afecciones que tiene para el disfrute de muchísimos vecinos. Y una prueba que tiene el Ayuntamiento para destacar su importancia es la cantidad de llamadas que ha recibido al respecto.

La Vía Verde es una de esas sendas de la ciudad que transitan muchos oscenses a diario, como sucede con otras como el Camino de Loreto, el de la ermita de Salas, las fuentes de Marcelo y Jara o el de Valdabra, entre otros. De hecho, el Ayuntamiento ha iniciado un proyecto, que se encuentra en ejecución, para unir todos los caminos para poder disfrutar en mejores condiciones de un gran anillo verde.

Son ocho árboles, pero no solo ocho árboles. Más que el número importa lo que significa su desaparición, como cuando alguien arranca flores de un parque. El cuidado de las zonas verdes debe ser compartido entre el Ayuntamiento y la ciudadanía, a la que solo se le exige que las disfrute, eso sí, con respeto.