Los nuevos currículos de educación

A FINALES de marzo pasado se aprobó el Real Decreto de enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, para poner en práctica la ley Celaá (ley que en Primaria ya ha eliminado las reglas de tres, los números romanos o el dictado, entre otras cosas),
El documento permite que los alumnos de ESO pasen de curso y se gradúen sin límite de suspensos, por las “expectativas favorables de recuperación”. Elimina los exámenes de recuperación y las calificaciones numéricas.
La asignatura de Religión será voluntaria, su nota no contará para la media y no tendrá asignatura alternativa (quienes no la cursen no deberán asistir a ninguna clase en sustitución). La de Filosofía (aunque hasta ahora ha sido optativa y no se ofertaba en todos los institutos) desaparece y será sustituida por Valores Cívicos y Éticos o por Formación y Orientación Personal y Profesional, estudiadas con el fin de “romper roles de género y estereotipos”.
En Matemáticas se suprimen conceptos básicos, pero se exige que esta materia tenga contenido “inclusivo” con “sentido socioafectivo”. En Lengua Castellana y Literatura se elimina gran parte de la historia de la literatura y el análisis sintáctico, pero se impulsa la lectura con “perspectiva de género”. La Historia dejará de enseñarse de manera cronológica para hacerlo por bloques temáticos, entre los que no aparece ni la Revolución Francesa ni la Conquista de América. Eso sí, nuestros jóvenes deberán familiarizarse con términos tan interesantes como catecismo laico, seres sintientes -animales-, ecofeminismo… Aprenderán contenidos de memoria democrática o derechos LGTBIQ+, las corrientes del feminismo, igualdad de género, violencia contra la mujer y por razón de género u orientación sexual… En Inglés se cuidarán especialmente los valores “ecosociales” y en Física y Química la persecución de una sociedad más “justa, equitativa e igualitaria”
El arquitecto y docente Javier Rubio Donzé, fundador de la plataforma de aprendizaje multimedia Academia Play (con 2,78 millones de seguidores en YouTube), considera, como tantos expertos en educación, que esta ley educativa es la más ideológica de la historia de España, en detrimento de la educación. No es una opinión; este docente ha realizado una radiografía de la terminología usada en el Real Decreto, donde se repiten decenas de veces las palabras respeto, diversidad, género, emoción, igualdad, desarrollo sostenible, sexo -y derivados-, sentimiento, equidad, memoria democrática y LGTBI (al igual que en el currículo de Bachiller). Sin embargo la palabra mérito no sale ni una sola vez.
En cuanto al currículo de Bachillerato (BOE de 6 de abril de 2022), en continuidad con los de primaria y ESO, implementa la perspectiva de género y la memoria histórica y permite titular con una asignatura suspensa. La Filosofía se mantiene como asignatura troncal. Pero, en 2º de bachiller, La Historia de España anterior a 1812 desaparece y se impartirá solo a partir de esta fecha (se pierde la influencia de Grecia y Roma, invasión musulmana y Reconquista, Edad Media y Moderna, descubrimiento de América, toda nuestra Edad de Oro…).
Este adelgazamiento de los contenidos (que olvida nuestra historia vertebradora, nuestras raíces y nuestra cultura, nuestra memoria e identidad) así como de la exigencia y el mérito, es un tremendo engaño en la formación y el proceso madurativo de los jóvenes. Además, deshacerse de la Filosofía debilita el pensamiento crítico, la razón y el conocimiento. A nuestro parecer la ley erosiona la cultura del esfuerzo y de la superación personal, no prepara para los retos de la vida, devalúa la educación y desincentiva y desmotiva a alumnos y profesores. Además, la reiterada y omnipresente referencia a la perspectiva de género (que no deja de ser una ideología, la ideología de género), vulnera la neutralidad del Estado, y el derecho de los padres a educar según su propia cosmovisión y sentido de la vida y el hombre.
El Ministerio establece las líneas directrices y el 60% de los contenidos -50% en las comunidades con lengua cooficial-, pudiendo ser éstos completados a su albur particular y en un sentido u otro por las diversas autonomías. Resulta así que los jóvenes españoles, dependiendo dónde estudien, recibirán unos contenidos y una preparación u otra. ¿A esto lo llamamos igualdad? l