Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Precaución en los barrancos

Barranco de Mascún
Barranco de Mascún
D. A.

Llega el buen tiempo y la naturaleza llama, pero la respuesta tiene que estar pensada y preparada si se opta por actividades de montaña que entrañan un riesgo. Las lluvias de las últimas semanas y el deshielo alentado por las mismas y por la subida de las temperaturas provoca que los barrancos tengan un caudal variable y peligroso en la misma medida. Por ello, es fundamental evaluar las condiciones del cauce -las que se ven en ese momento y las crecidas que se puedan producir-, preparar el material y estar en condiciones físicas y técnicas acordes con la actividad. Quien mejor puede ayudar al barranquista son los clubes de montaña y los guías especializados, tal y como aconsejan todos los agentes vinculados a la actividad, desde las empresas de turismo activo, a la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) y la Guardia Civil, que interviene en las tareas de rescate.

Por ello, una de las claves es que no hay que plantearse hacer un barranco en concreto sino ir con la idea de realizar la actividad en el lugar que presente condiciones seguras. Esta es precisamente una de las garantías de éxito. Sucede, como cuentan muchos guías, con ascenso al Aneto. Algunos turistas apuestan por la cumbre porque ya que van a hacer una montaña, pues que sea la más alta, pero sin contar con la preparación suficiente. Las montañas y los barrancos siempre van a estar en el mismo lugar, aunque no siempre en las mismas condiciones, así que lo prudente es darse la vuelta y poder volver.

Tras dos años de pandemia, hay ganas de regresar a la montaña sin restricciones, pero la montaña impone sus propios límites. Conocer las condiciones y prepararse es la mejor garantía para disfrutar de la montaña con seguridad.