Opinión
Por
  • Fermín Bocos

Podemos y la Otan

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
E. P.

En relación con la Otan el Gobierno de España tiene, por decirlo así, un lado hemipléjico. Podemos forma parte del Ejecutivo pero los ministros de ideología comunista que pertenecen a este movimiento -con la vicepresidenta Yolanda Díaz a la cabeza-, plantaron al presidente del Gobierno en el acto que conmemoraba el aniversario (40) de la entrada de España en la Alianza Atlántica.

Es un hecho que delata la posición arqueológica de este partido. La oposición a la participación de nuestro país en la Otan remite al escenario de la Guerra Fría, a la confrontación entre las democracias occidentales y la Unión Soviética, el régimen totalitario que desapareció en 1991.

Podemos -y el PCE que navega en su seno- parece haber olvidado que la integración definitiva de España en la Otan fue decidida en referéndum en marzo de 1986. El triunfo del "sí", en aquella consulta planteada por un gobierno socialista bajo la presidencia de Felipe González, convierte la posición actual de Podemos en un hecho políticamente anacrónico. Y también dudoso en orden a su etiología, a la vista de la renuencia de los dirigentes morados a condenar con rotundidad la invasión rusa de Ucrania. Rusia, como heredera del Estado soviético, mantiene un formidable aparato de propaganda orientado a influir en la opinión pública de los países europeos.

Vista la posición de Podemos, contraria a la existencia misma de la organización atlántica, lo propio sería que Pedro Sánchez -que ante el Rey y el secretario general de la Otan hizo pública declaración de defensa de la Alianza Atlántica- llamara a capítulo a los miembros del Gobierno. Es dudoso que se atreva porque su alianza con Podemos es una de las hipotecas políticas que tiene que pagar para seguir en La Moncloa.