Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Los usos del monte y el agua

Vista del embalse de Búbal, cercano al lugar donde se ha producido el accidente mortal.
Vista del embalse de Búbal.
D. A.

NO SE espera ni una gota de lluvia en los próximos días y la sequía no es una sensación sino una constatación científica. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) habla de ‘sequía meteorológica’ cuando durante tres meses seguidos no hay aportaciones pluviométricas, las reservas están por debajo de la media histórica y existe escasez, entre otros indicativos. Los parámetros se cumplen. Pero en estos momentos, no solo preocupa la situación de los pantanos, sino la sequedad de los montes y la facilidad para la propagación de los incendios forestales.

Son días en los que es preciso hacer una llamada a la responsabilidad individual para extremar las precauciones en el monte, para evitar fuegos de consecuencias devastadoras, que generan, cuando menos, graves daños medioambientales. La sequía ha generado también un riesgo muy alto en el campo contra el que se pueden adoptar medidas de prevención.

En cuento a las reservas hídricas, los embalses se encuentran por debajo de la media de los cinco últimos años y algunas cuencas registran datos entre los tres peores de los últimos 25 años. La alerta está activada, aunque la CHE no teme por los suministros ya que las mejoras acometidas en los últimos años garantizan los usos. Con todo, en algunos sistemas de riego la situación empieza a parecerse a la de sequías como la de hace diez años.

Aunque los usos estén garantizados, la provincia de Huesca se encuentra en una situación de sequía, con una alerta activada y un entorno natural tan valioso como seco y con riesgo de incendios. La prevención y el cuidado han de guiar las decisiones de las administraciones y las actuaciones de la ciudadanía para vivir todos un buen verano en la naturaleza.