Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Huesca unida, Huesca imparable

Emocionante mañana del 10 de agosto en Huesca.
Emocionante mañana del 10 de agosto en Huesca.
Pablo Segura

CUANDO el dance de las Espadas empezó a sonar, Huesca renació de alguna forma de un letargo obligado. En una plaza repleta, que despertó de la espera con la jota de Roberto Ciria, se sintió el calor -no solo de la temperatura- sino del resto de oscenses o visitantes con quienes se compartía ese instante. La mañana de San Lorenzo es el momento cumbre de la fiesta que comienza la víspera con una buena juerga y que, tras el descanso nocturno (o no), apetece vivirla con intensidad. Por un momento, esos dos años se borraron de la memoria, aunque mientras suena la música es inevitable mirar hacia atrás, y también hacia adelante. Más allá del sentimiento religioso, la ciudad demuestra en este día una unidad que debe traspasar la efeméride para impulsar proyectos de desarrollo. La procesión, en la que participan tanto el Cabildo catedralicio como el municipal, así como cualquier ciudadano debe ser el símbolo de que se puede caminar juntos para alcanzar grandes retos.

La mañana laurentina fue plena, pero con una preocupación: los pinchazos. El Hospital San Jorge ha confirmado que se han producido tres en el primer día de las fiestas, si bien se está a la espera de conocer el resultado del análisis toxicológico para saber si les inyectaron alguna sustancia. Por ello, se convocó una concentración de repulsa a las puertas del Ayuntamiento de Huesca. Al margen de los resultados y de las intenciones, no deja de ser una forma más de violencia machista, ejercida contra las mujeres. Ante ello, la sociedad no puede estar impasible.

La unión exhibida ayer en torno a un dance y a un ¡Viva San Lorenzo! se tiene que sentir todo el año. Si esa fuerza colectiva se mantiene, Huesca puede ser imparable.