Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Huesca no cierra por vacaciones

Uno de los comercios de Huesca que permanece abierto estos días.
Comercio en el Coso Bajo de Huesca.
Pablo Segura

YA NO ESTÁN llenas de fiesta las calles de la capital oscense, la quietud manda ahora y los colores han vuelto a imponerse mientras las pañoletas de los más rezagados, tras el baile de despedida, ondean en los tendederos antes de volver a sus refugios de invierno en el armario. En los escaparates de los comercios han sido dos días de desmontajes para eliminar todos los signos laurentinos y volver a la normalidad con una nueva cara en la que se mezclan los últimos artículos de las rebajas y los de nueva temporada. La ciudad está en calma sí, pero no cerrada por vacaciones.

El “falso mito” como lo denomina un comerciante oscense es el efecto que queda en la memoria colectiva de que la ciudad cerraba por vacaciones -especialmente el comercio y la hostelería- , principalmente esta semana e incluso hasta finales de mes. Quizá es lo que sucedía hace varias décadas, cuando los comercios acostumbraban a ser familiares y el cierre era la única posibilidad de disfrutar de unas vacaciones. Sin embargo, la desestacionalización del turismo, el cambio en la actividad comercial e incluso en la dinámica de muchos otros trabajos, en los que las vacaciones no son solo en agosto, han influido en que Huesca no cierre por vacaciones después de San Lorenzo. El comercio, con esa vocación de servicio, sigue manteniendo en muchos casos la puerta abierta, y, además, muchos apuntan a que es una quincena en la que trabajan. Ese “falso mito” permite reflexionar sobre lo que significa el comercio local, y es esa sensación enquistada de que si las tiendas cierran, la ciudad también. Al margen de que ya no es así, pone de manifiesto la importancia de su labor. Son buenos días para disfrutar del comercio local y de una ciudad con vida, pero en calma.