Opinión
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  • Diario del AltoAragón

La escolarización y la caída de la natalidad

Las familias de Huesca están a la espera en el inicio del curso escolar pero manifiestan dudas
Inicio del pasado curso escolar en Huesca.
 P.S.

Empieza el curso escolar en Aragón con una cifra que preocupa: 334 alumnos menos de tres años que el curso anterior. Por el contrario hay otros números que hablan de mejora de la calidad de la enseñanza: ocho nuevas aulas de 2 años, por lo que la experiencia piloto iniciada en 2016 llegará a 48 centros; y 52 nuevos centros en el ámbito rural que contarán con una ratio de entre 3 y 6 alumnos. Pero esta última es engañosa o quizá también consecuencia de la primera porque con cifras de natalidad más bajas cada vez habrá más centros con escaso alumnado.

Hace pocos días, contábamos la experiencia de la escuela de Senegüé, al que un proyecto educativo innovador que ha obtenido excelentes resultados, garantizó su continuidad después de estar abocado al cierre. Ahora, con ocho alumnos, por encima del citado mínimo exigido, no les importaría sumar más escolares. La caída de la natalidad unida al fenómeno de la despoblación se aprecia en las aulas y es ahí donde tienen que intervenir las administraciones públicas. Revertir tendencias es muy complicado porque son muchos los factores que influyen en ambos fenómenos pero hay ámbitos en los que se puede actuar con medidas que favorezcan aspectos como el asentamiento de la población en el medio rural. Por ejemplo, el acceso a la vivienda. Hay dos problemas en los que se enmarcan gran parte de la provincia: en áreas turísticas, como el Pirineo o la Sierra de Guara, es imposible encontrar un terreno o un piso acorde a los sueldos de los trabajadores de la zona; y en muchos pueblos no hay mercado inmobiliario. No es una causa directa de lo anterior, y es solo un apunte, pero sí uno de los factores que influyen en la estabilidad. Hay que tomar medidas de forma transversal.