Opinión
Por
  • Julia Navarro

Contra Feijóo

Alberto Núñez Feijóo.
Alberto Núñez Feijóo.
E.Press

Tengo la impresión que la descarada campaña desatada desde filas gubernamentales y del PSOE contra el nuevo líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo, no va rendir los réditos que esperan.

Y no porque Nuñez Feijóo sea un supermán con facultades para resolver todos los problemas de nuestro país, que son unos cuantos, sino sencillamente porque en la ciudadanía se respira ansias de cambio.

Es lo que ni en Moncloa ni tampoco en Ferraz parecen entender: la gente está bastante harta de ellos, así de crudo, así de simple. Esa es la explicación de que el líder del PP aparezca como favorito en todas las quinielas electorales, no tanto por sus méritos sino por los deméritos de Pedro Sánchez y los suyos.

Seguramente Pedro Sánchez y sus ministros están contentos de su gestión, creen que han aprobado leyes positivas para el conjunto de la ciudadanía y puede que los más listos sean capaces de preguntarse a qué viene tanto desafección de los ciudadanos. Hay muchas respuestas, entre otras que no han sido capaces de gobernar para todos sino para el que creen su electorado, que no fueron capaces durante lo más duro de la pandemia de la covid, con la excepción de Margarita Robles, de estar cerca del sufrimiento de los ciudadanos. Tampoco han sido capaces de darse cuenta de que, lo que la sociedad demanda, no es la ingeniería social llevada a cabo desde los ministerios de Podemos, sino que les resuelvan sus problemas reales. E incluso puede que ni Sánchez ni los ministros socialistas terminen de comprender que todas las leyes aprobadas con tinte social se las ha apuntado la vicepresidenta Díaz y Podemos.

Ya digo que, en mi opinión, el recurso simplón de ir a degüello contra Nuñez Feijóo no le va a dar muchos votos al PSOE. Como tampoco se los va a dar seguir con la estrategia de la tensión, tratando, no de adversarios, sino de auténticos enemigos a quienes están en la oposición.

No sé, pero me parece que los ‘gurús’ gubernamentales no terminan de darse cuenta de que los ciudadanos quieren un poco de serenidad, y de que rechazan los insultos y descalificaciones y sobre todo de que no se cuelgue el “sambenito” de “fascista” a quienes no comulgan con los dictados socialistas y podemitas...