Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La gestión forestal

Un helicóptero trabaja en la extinción de un incendio forestal en la provincia de Huesca.
Un helicóptero trabaja en la extinción de un incendio forestal en la provincia de Huesca.
D.A.

CADA verano se pone sobre la mesa la problemática de los incendios porque siempre hay alguno más difícil de controlar que obliga a desalojos de núcleos o que arrasa muchas hectáreas de monte. Aunque no haya víctimas que lamentar, siempre hay quien no olvida el miedo. Sin embargo, lo que sí se olvida de un verano para el siguiente es adoptar medidas para que el riesgo se minimice. Esto no significa que no se haga nada, pero es evidente que se podría hacer más cuando las grandes masas de bosque entrañan un peligro. Además, los grupos ecologistas apuntaban ayer a un riesgo añadido: el cambio climático, que puede contribuir a que haya incendios con más frecuencia.

Municipios de la montaña se han quejado en repetidas ocasiones de los problemas para llevar a cabo aprovechamientos forestales, una actividad económica en el medio rural con ingresos para los particulares y para los ayuntamientos, siempre que se haga de forma sostenible. Del mismo modo, es imprescindible que se favorezca la ganadería extensiva para mantener limpias las zonas boscosas y los prados. Los erizones van adueñándose del terreno abandonado y, como se ha visto en el incendio de Laspuña, después son dífíciles de apagar y el gasto de agua -en un verano en el que no nos lo podemos permitir- aumenta de manera infructuosa. Esta es una de las consecuencias del abandono de la vida rural, y aquí no se trata solo de número de habitantes sino del modo de vida. Repoblar con nuevos vecinos que teletrabajan es importante, pero lo es más evitar que se marchen los que están y que se abandone el sector primario. La gestión forestal debe ser una herramienta más para evitar incendios y la despoblación.