Un símbolo en pie

LA SEQUÍA ha dejado al descubierto la torre de Mediano, un símbolo de la despoblación y de la resistencia, una marca permanente del nivel de agua del pantano, a cuyo pie se ha caminado este verano por la tierra cuarteada por el sol. Es de lo poco que queda del pueblo que fue, aquel que quedó inundado desde el 29 de abril de 1969, cuando tras el cierre de los túneles que embalsaron el agua sin previo aviso, obligaron a la población a evacuar, literalmente, con el agua al cuello. La torre es hoy ese símbolo que recuerda la historia en torno al que ha renacido el Mediano actual, que quiere seguir viendo su torre en el horizonte. Ahora, los andamios colocados por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para realizar obras se antojan como otro símbolo, pero de futuro: la conservación de un elemento arquitectónico y de la memoria.

“Se oye un estruendo en casa. Ha caído un losa de la torre. Duele, explica Carmen Pera, la mujer de Pablo Isla. Este trabajador de mantenimiento de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que reside a orillas del pantano, ha gritado desde la lejanía más de una vez para llamar la atención a los navegantes que no respetan la techumbre. Algunos incluso se han puesto a picar en las paredes para buscar un tesoro oculto. Y no es broma. La CHE ha reparado muchos boquetes. A los vecinos les preocupa que un día la torre de Mediano se desmorone. Por ello, reclaman protección a las administraciones”. Así se explicaba en un reportaje publicado en ese diario en mayo de 2019 una realidad a la que se le pone remedio. Que los andamios tapen ese símbolo para que siga en pie contando la historia y los metros cúbicos. Que pronto se vuelva a ver solo la cubierta de una torre consolidada.