Tierra de ambición

Ni desgracia ni preocupación. La afluencia policial en La Litera no era sinónimo de ninguno de estos conceptos. Protocolo gubernamental que llevaba consigo una gran expectación. Pero en positivo. Intereses al margen, que esos máximos dirigentes políticos que parecen tan lejanos y desconectados de la realidad rural vengan al pueblo debe ser razón de celebración. O, mínimo, un ápice de motivación. Despertar ese sentimiento de utilidad y, por qué no, también de pertenencia. De sacar ese orgullo rural que a veces nos falta creernos. Porque que la actividad productiva de La Litera esté por encima de la media de Aragón, como aseguró el vicepresidente Aliaga, no es casualidad. Y que en todas las intervenciones se haga mención a la comarca como modelo de éxito tampoco. Algo de pecho podemos sacar. La importancia de que se hagan cosas unida al ánimo y confianza para seguir haciéndolas. Especialmente para los jóvenes, presente y futuro rural.

Así fue el X Foro Somos Litera, con ponentes de primer nivel frutode una habilidad organizativa envidiable. Porque de lo que se trata es de contar la capacidad que tiene un territorio mediante la suma políticosocial para estructurar una jornada en la que se puso sobre la mesa las posibilidades comarcales para prosperar. Y donde la política partidista no fue demasiado protagonista, pero tampoco la del lamento. Se dejaron a un lado los colores bajo el prisma de un objetivo concreto que no era otro que el de hacer de La Litera, Huesca y Aragón, un territorio cada vez más competitivo. La importancia de sumar voluntades.

Pero hubo una frase clave que, aunque aparentemente pueda parecer ajena al eje principal del foro, lo resume la perfección. Vocalizada por Cristina Gallart, presidenta de Fribin. Sí, empresaria rural y mujer. Algo que no debería ser noticia pero que desafortunadamente lo es. Decía algo así como que, si tu hijo es bueno en matemáticas, pero tiene dificultades en literatura, en lugar de centrarnos exclusivamente en lo que carecemos -lo cual es necesario- prestemos atención en aquello en lo que destacamos para alcanzar el sobresaliente. Busquemos la excelencia; huyamos de la mediocridad. En otras palabras, reclamemos lo reclamable y merecido, pero pongamos el foco en lo positivo. Y es precisamente eso lo que primó en la jornada, encabezada por el propio Secretario General.