Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Un refugio de todos

La vicepresidenta Elisa Sancho durante su intervención en la inauguración del refugio de Nocito
La vicepresidenta Elisa Sancho durante su intervención en la inauguración del refugio de Nocito
Javier Blasco/DPH

La inauguración del refugio de Nocito es la culminación de una vieja reivindicación del Club de Montaña Peña Guara, con un acto histórico, que se celebró ayer y que quedará en el recuerdo de quienes lo vivieron, por lo que significa para los miles de socios de dicha organización, pero también para la provincia de Huesca en su conjunto. De hecho, su construcción es fruto de la colaboración entre el club, cuyos socios han aportado fondos extraordinarios, y la Diputación Provincial, el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Nueno, el Ayuntamiento de Huesca y Adesho, lo que refleja la importancia que tiene para el territorio y, en especial, para el valle. Por ello, es un refugio de todos.

La capital oscense siempre ha sentido Guara como su montaña, por la vista de la sierra desde la ciudad, un pico visible desde muchas localidades de la provincia en un entorno en el que confluyen cuatro comarcas altoaragonesas: La Hoya de Huesca, Alto Gállego, Somontano y Sobrarbe. Para todas ellas, ese tozal de Guara es mítico y Nocito, el punto de partida por la cara norte.

El uso de esta infraestructura contribuirá a generar más actividad y a dar más vida a un valle que ha luchado por sobrevivir en un entorno tan privilegiado como alejado, más por las comunicaciones existentes que por los kilómetros de distancia. De hecho, la población de Nocito ha aumentado desde principios de siglo hasta contar con unos 30 habitantes. De este modo, se recupera también una casa tradicional, que se convertirá en un lugar para generar actividad y dar refugio a los montañeros. Una apuesta por el desarrollo del valle de Nocito pero con la distinción de la sostenibilidad. Un proyecto histórico.