Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Una fundación para la catedral

La Catedral de Huesca celebra su día Internacional con una programación gratuita.
Fachada de la Catedral de Huesca.
D. A.

Las imágenes de los pináculos de la catedral oscense piden a gritos una restauración. Esos elementos tan significativos del ‘sky line’ de la ciudad, afectados por la erosión y las inclemencias del tiempo, corren un serio peligro. Es la parte más visible, aunque solo se es consciente cuando se mira hacia arriba, cuando se ven desde algún tejado o cuando una fotografía los mira de cerca. No hay tiempo que perder y, después de años de reclamar la redacción del Plan Director de la Catedral de Huesca, que marcara la hoja de ruta de las intervenciones, tampoco se puede esperar ya. La directora del Museo Diocesano de Huesca, Susana Villacampa, apunta a la creación de una fundación, como se ha hecho para abordar monumentos como la catedral de Tarazona o conjuntos patrimoniales como el de Albarracín. Al final, es buscar la fórmula para conseguir financiación.

En la fachada sur de la catedral de Huesca, la calle Palacio, se instaló hace años una malla protectora para evitar la caída de cascotes a la calle y, después, se acometió un estudio petrológico, pero la realidad es que la malla debe seguir ahí. Es la parte más visible, junto con los pináculos, aunque no es la más deteriorada, porque la catedral, aunque esta parte sea desconocida para muchos oscenses, es la pieza principal de un gran recinto catedralicio, del que se ha conseguido rehabilitar parte del salón conocido como del ‘Tanto Monta’. Sin embargo, en torno al mismo, la ruina se ha apoderado de antiguas estructuras en las que sería precisa una actuación. Recuperar para la ciudad el entorno catedralicio, como durante años soñó José María Nasarre, sería un atractivo para el casco histórico. El Plan Director, aún por adjudicar, llega tarde.