Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Luces de Navidad

Árbol de Navidad en la plaza de López Allué de Huesca.
Árbol de Navidad en la plaza de López Allué de Huesca.
Pablo Segura

LA REDUCCIÓN del horario del encendido de las luces de Navidad en la capital oscense es una decisión más simbólica que otra cosa. No por que no se vaya a reducir la factura, que lógicamente lo hará, si no porque ni siquiera se sabe cuánto ahorro supondrá. Al tomar una medida que tendría que poder ser cuantificable, pero que no lo es, realmente no se sabe si merece la pena prescindir de las luces entre las 18:00 y las 19:00 horas, por ejemplo, que es cuando más niños habrá por las calles para que disfruten de la decoración. Dicho esto, es necesario tomar este tipo de decisiones en el ámbito público porque realmente se consumen recursos de toda la ciudadanía y algunos en sus casas tienen que medir de verdad cuánto tiempo encienden la luz o si se pueden ahorrar una lavadora.

Que no se haya invertido nada este año en comprar nuevos adornos también es una decisión acertada dada la situación, pero estas medidas de austeridad en asuntos tan populares se tienen que extender, en general, a toda la gestión de todas las instituciones en general.

Lo que todavía no ha decidido el Ayuntamiento de Huesca, y que irá en función del precio de la luz y del consumo, es si el encendido se mantendrá hasta la festividad de San Vicente. Si cada vez se enciende antes la Navidad en la calle, no ya las luces de las calles sino de los escaparates, y sigue acompañando hasta el 22 de enero, no dejará de ser fiesta nunca. Huesca sigue trabajando para realzar la festividad de San Vicente, pero quizá no sea necesario para ello dejar las luces de Navidad encendidas. No pasa nada por dar una tregua y dejar pasar una fiesta para coger con ganas las que brillan con la luz propia de su hoguera.